El sujeto tiene 39 años y esta vez fue condenado por una serie de robos perpetrados en una misma finca de Ruta 39. Cuenta con una gran cantidad de antecedentes por robos de todo tipo, cometidos siempre en la ciudad de San Carlos y su entorno, donde vive.
John Ficheral Acosta Sosa, de 39 años, acaba de ser condenado a 15 meses de prisión efectiva, imputado como autor de reiterados delitos de hurto especialmente agravados. Durante la indagatoria, se confirmó que había entrado a la misma casa de Ruta 39 en diversas oportunidades.
De acuerdo a lo que surgió de la indagatoria, Acosta Sosa cometió hurtos ahora aclarados, el 2 de diciembre de 2019, el 16 de febrero del año de 2020 y el 2 de mayo del mismo año; también el 15 de junio de 2020, y finalmente el 10 de febrero del año pasado.
Esta vez, sabiéndose buscado, se presentó voluntariamente en la comisaría de San Carlos donde quedó inmediatamente detenido. Estaba requerido luego que la dirección Nacional de Policía Científica, confirmara que muestras obtenidas en una casa robada en Ruta 39, eran de este sujeto.
Los investigadores que entrevistaron aquella vez al damnificado, comprobaron que a través de una ventana que fue rota, ingresaron a la finca y se llevaron ropas varias. El dueño de casa, dijo que a esa altura ya lo habían robado en reiteradas oportunidades: siempre fue Acosta Sosa.
Una máquina de robar
Acosta Sosa, poseedor de innumerables antecedentes penales, había sido remitido a la cárcel (por el término de 4 meses) por última vez el 27 de julio del año pasado, imputado por un delito de hurto, luego de ingresar a un comercio del barrio Asturias de la ciudad de San Carlos.
El encargado del comercio, constató daños en las puertas de acceso, y el faltante de distinta mercadería del interior. Todo el accionar del ladrón quedó registrado en las cámaras de seguridad del local, con lo que se allanó el camino de la Policía para identificar a Acosta Sosa.
Antes, el 17 de octubre de 2020, fue 3 meses a prisión por una tentativa de hurto luego que policías del PADO lo intervinieran tras ser visto por las cámaras de video vigilancia con una herramienta, forcejeando la puerta de acceso a un supermercado de calles 25 de Agosto y Sarandí, en San Carlos.
El ladrón fue intervenido a pocos metros del comercio, llevando consigo una uña de hierro con la que intentó violentar las puertas del supermercado, pinzas, un par de guantes y un pasamontañas, por lo que quedó claro que fue muy preparado para cometer el robo que no pudo concretar.
Pero a esa altura ya contaba con varios antecedentes. El miércoles 24 de junio de 2015, la Policía de San Carlos encontró en una finca de avenida Rocha a este sujeto, quien había fugado de la comisaría de la ciudad tras ser procesado por la justicia y mientras esperaba a ser prontuariado.
Acosta Sosa, fue buscado por decenas de policías tras haber escapado de la comisaría carolina. Había sido procesado con prisión el miércoles 10 de junio, imputado por la autoría de 4 delitos de hurto, uno especialmente agravado por la penetración domiciliaria.
La Brigada de Hurtos de la seccional policial 2ª, estaba investigando una serie de robos ocurridos en la ciudad, hasta que la mañana del miércoles 10 decidió allanar la finca de Acosta Sosa. El ladrón fue detenido en tanto se recuperaron una serie de efectos producto de los robos.
Se estimaba que durante las dos semanas que permaneció prófugo y fuera del alcance de la Policía, había cometido otros delitos, lo que finalmente se pudo confirmar durante los interrogatorios a los que fue sometido antes de ser llevado nuevamente ante la Justicia.
Durante aquella instancia, admitió haber robado un supermercado de la ciudad, así como una casa de venta de telefonía celular. La jueza penal de 2° turno de San Carlos, lo volvió a procesar, esa vez por la comisión de dos delitos de hurto en régimen de reiteración real.
No hubo imputación sobre la extraña fuga que protagonizó de una celda de la comisaría de San Carlos. Tampoco se informó cual fue el resultado de esa investigación interna, ya que el delincuente había logrado abrir el candado de su celda y huir sin que nadie lo viera.