Le encontraron una serie de efectos que eran producto de tres robos ocurridos en fincas de San Carlos. Pero hábil declarante y a falta de otras pruebas de su responsabilidad, lo enviaron a la cárcel durante un año pero por receptación.
La tarde del lunes 25 de abril, investigadores de la Zona Operacional 3 que recorrían calles de la ciudad de San Carlos, intervinieron a Marcelo Rivero Peña, de 48 años, un conocido delincuente que llevaba una mochila en cuyo interior se encontró ropa y un teléfono celular.
Inspeccionado posteriormente el lugar donde se estaba alojando, en proximidades del Molino Lavagna, se encontraron un par de botas y una mochila, efectos que habían faltado en dos casas diferentes de la ciudad, durante robos ocurridos el viernes 22 abril.
Mientras a Rivero lo trasladaron a dependencias policiales, se radicó la denuncia por el robo de los efectos que le incautaron durante la detención. Tras las diferentes instancias, el delincuente fue llevado a la sede penal de 2° turno, donde lo condenaron a 1 año de prisión como autor de 3 delitos de receptación.
Hábil declarante, como muchas otras veces negó rotundamente haber sido el autor de los tres robos investigados, aunque tampoco pudo justificar el origen de nada de lo que le incautaron. Pero a falta de otras pruebas fue imputado por receptación en los tres casos.
Extensa carrera
El último antecedente de Marcelo Rivero Peña, es del 22 de abril del año pasado cuando fue enviado un año tras las rejas por un delito de receptación, cuando igual que ahora, hacía muy poco que había recuperado la libertad por la comisión de otro de sus múltiples robos.
Había sido detenido en horas de la tarde del miércoles 21 de abril de 2021 durante un operativo de control de vehículos y personas que realizaban policías de la Zona Operacional 3, a la altura de calles Wilson Ferreira Aldunate y Juana Tabares, en la salida Norte de la ciudad de San Carlos.
Información obtenida por MaldonadoNoticias, daba cuenta que se seguía la “señal” que emitía un teléfono celular que, había sido denunciado como robado de una casa en la zona rural el 12 de aquel mes. En ese marco los efectivos detuvieron un ómnibus del transporte interdepartamental.
En la unidad viajaba este conocido delincuente, al que se le incautó el teléfono buscado (marca Samsung), así como un termo Stanley. Tras las actuaciones correspondientes, Rivero Peña compareció ante el Juez Penal de 2° Turno de San Carlos, que le imputó el delito de receptación.
Anteriormente, el 26 de noviembre de 2019, la Justicia lo condenó a 16 meses de prisión, como autor de tres delitos de hurto, uno de ellos agravado, dos delitos de receptación, y un delito de apropiación indebida, luego de ser buscado por su responsabilidad en varios hechos.
Fue detenido el día anterior en el marco de un largo trabajo que llevaba adelante personal policial de Investigaciones del entonces Distrito 3 con base en San Carlos, cuando lo sorprendieron en un predio municipal de avenida Carlos Seijo, cortando leña con una motosierra.
Mientras el sujeto fue trasladado a dependencias policiales, desde el Municipio de San Carlos se radicó una denuncia por daños y robo de leña. Durante la indagatoria posterior, surgió la responsabilidad de Rivero Peña en otros dos robos, cuyos detalles no fueron aportados.
Nuevamente en libertad, el 19 de febrero de 2018 Rivero Peña fue condenado a 9 meses de prisión por la jueza penal de 1° turno de San Carlos, que le imputó un delito de hurto agravado, tras robar una serie de efectos en otra casa de campo al Norte de la ciudad de San Carlos.
El hecho se produjo entre el 31 de diciembre del año 2017 y el 2 de enero del año siguiente, en una finca del kilómetro 38 de Ruta 39. El dueño de casa dijo que se ausentó por unos días con motivo de las celebraciones de fin de año, y cuando retornó se encontró con varios daños.
El delincuente, se había llevado una motosierra, un bidón con 10 litros de nafta, un radio portátil y binoculares, entre otra serie de efectos de distinto valor. Policía Científica realizó un relevamiento en la casa, recogiendo una serie de pruebas y huellas que arrojaron la identidad del autor del hurto.
El año anterior, concretamente el 3 de mayo de 2016 había sido imputado como autor de un delito de receptación. Pero a pesar de sus antecedentes la pena fue tan breve que el 1° de noviembre de aquel mismo año, lo volvieron a condenar como autor de otros dos delitos de receptación.
Aquella vez, personal policial del destacamento de Las Cañas, lo intervino a la altura del kilómetro 45 de la Ruta 39, al Norte de San Carlos, cargando un voluminoso equipaje que llamó la atención. Empero, en ningún momento admitió haber robado todo lo que llevaba consigo.
Se desplazaba por la ruta con una valija en cuyo interior había: 1 campera, 4 camisas y 1 par de zapatos; 1 cuchillo (tipo bayoneta) de 30 centímetros de hoja con vaina de cuero; 2 mates y 1 termo; 1 botella de whisky; 5 paquetes de tabaco “Peruano” y media docena de cajillas de cigarrillos.
Por si fuera poco, también llevaba 3 perfumes y 1 desodorante; 1 máquina de cortar pelo (con cargador), 3 destornilladores y 3 pantalones. En uno de los bolsillos del pantalón, tenía $ 3.460. Todo resultó ser producto de dos robos que había perpetrado en la zona de Las Cañas.
Años antes, el 30 de diciembre de 2013, fue a la cárcel por los hechos más graves que ha cometido hasta el momento: le imputaron reiterados delitos de retribución o promesa de retribución a menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo.
El 24 de noviembre de 2011, marchó a prisión por otro hurto especialmente agravado, en tanto que finalmente, el primero de sus 8 antecedentes en total, data del 15 de septiembre del año 2006 cuando fuera procesado como autor de un delito de hurto especialmente agravado.