El joven, de 26 años y oriundo de Minas aunque ahora estaba radicado en el barrio La Fortuna de Maldonado, fue imputado por dos delitos y penado con 9 meses de libertad a prueba.

 

En proceso abreviado, tras acuerdo de las partes, la Fiscalía de 3er. turno de Maldonado, logró la condena de L.D.I.F., de 26 años, como presunto autor de un delito continuado de reproducción ilícita de una obra intelectual, y un delito de captación de señales ilícitas, ambos en régimen de reiteración real.

La pena impuesta es de 9 meses de libertad a prueba, tiempo durante el cual deberá presentarse ante la dependencia policial más cercana al domicilio que fijó como suyo una vez a la semana, y prestar servicios comunitarios con una frecuencia de dos horas semanales.

Como lo informó en su momento MaldonadoNoticias, las maniobras quedaron al descubierto la mañana del jueves 22 de diciembre del año pasado, cuando la Policía realizó un allanamiento en la casa de L.D.I.F., ubicada en calles Rubí y Turmalina, en el barrio La Fortuna de Maldonado.

Durante el procedimiento se incautaron equipos y variada documentación. La denuncia, tras detectarse la comercialización de centenares de señales, tanto uruguayas como extranjeras, de películas, series y otros rubros, se había iniciado varios meses antes y demandó un intenso trabajo.

Una de las claves para ubicarlo, fue que, increíblemente, comenzó a promocionar el servicio de televisión por internet en redes sociales, pero también por otros medios. Si bien manejaba una tecnología de primera línea, sus controles eran muy rudimentarios desde el punto de vista administrativo.

Todo lo tenía registrado en papel. En libretas y cuadernolas, figuraban todos sus clientes, la fecha de vencimiento del servicio vendido y fechas de pago, entre otros datos. Mediante la utilización de un software (de uso legal) vendía el servicio a un costo de $ 650 por mes y por pantalla.

Para ello entregaba una clave y contraseña a cada cliente, luego de hacerlo bajar una aplicación mediante la cual se accedía a innumerables señales. Los clientes también serían pasibles de sanción penal, pero para ello, cada uno y en forma individual debería ser denunciado.

Cuando el servicio caducaba, L.D.I.F. simplemente lo bloqueaba. Este hombre accedía a todos los canales de aire y muchos de cable de Uruguay, y cientos de señales extranjeras de películas, noticias, sexo y los más diversos rubros. Las señales se las habilitaba un “pirata” extranjero.

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