Se encuentra en prisión desde el 12 de diciembre del año pasado, tras ser atrapado junto a un compinche en un gigantesco operativo desatado por la Policía en un área rural. Aprovechando salidas transitorias, cobraba el dinero que obtenía por la venta de efectos que nunca entregaba.

 

En septiembre del año pasado, efectivos de la Policía de Maldonado que investigan estafas y delitos similares, recibieron la denuncia de una mujer que daba cuenta que había sido estafada durante la compra de un teléfono celular que adquirió a través de una red social.

La víctima de la maniobra, dijo que se había contactado con la supuesta vendedora, quien le solicitó el giro del dinero acordado por la compra del aparato, pero que una vez realizado, fue bloqueada por lo que no pudo establecer nuevos contactos, además de no recibir el aparato.

Realizadas las averiguaciones pertinentes, se pudo determinar que no era ajeno al hecho un hombre que se encontraba privado de su libertad por graves delitos cometidos en diciembre del año 2017, y que perpetraba la o las estafas cuando le otorgaban salidas transitorias.

Se trataba de Iván Fabricio Sequeira Castro quien durante las salidas cobraba el dinero de las maniobras realizadas. Enterada la Fiscalía de 3er. turno de Maldonado de los elementos obtenidos durante la investigación, dispuso que el delincuente fuera conducido a su sede.

Posteriormente, en la sede penal de 11° turno, Iván Fabricio Sequeira Castro resultó condenado como autor de un delito de estafa, y penado con 8 meses de prisión efectiva. Ahora continúan las actuaciones para probar la presunta autoría de otros hechos similares y eventuales complicidades.

De copador a estafador

Iván Fabricio Sequeira Castro se encuentra en prisión desde el 12 de diciembre del año 2017, luego que junto a otro delincuente protagonizara en tres días dos copamientos en una zona de chacras al Noreste de José Ignacio, y en otro campo al Este de la ciudad de San Carlos.

La Justicia, imputó a este sujeto que por entonces tenía 22 años, y a Ángel De León Pittamiglio, de 24 años, como autores de los delitos de violación de domicilio en concurrencia fuera de la reiteración, rapiña con privación de libertad (copamiento), y tenencia no autorizada de armas de fuego.

Los copadores, detenidos sobre el mediodía del lunes 11 de diciembre de aquel año, en campos al Este de la ciudad de San Carlos, confesaron haber sido autores de un primer copamiento en horas de la madrugada del sábado 9, en una finca de la zona de chacras al Noreste de José Ignacio.

Sobre la hora 5.30, un octogenario fue reducido por los delincuentes, quienes lo maniataron con precintos y le colocaron una bolsa en la cabeza, para revolver el interior de la finca y hacerse de dinero tanto en pesos como en dólares, aunque no hubo información sobre los montos.

Se retiraron del lugar a bordo de una moto según relató posteriormente la víctima que, cuando se vio sola salió de la casa y fue auxiliada más tarde por otro hombre que acertaba pasar por el lugar, quien al verla maniatada detuvo la marcha. Ese hecho no había sido informado por la Policía.

Dos días después, en el entorno de la hora 6.00, Sequeira Castro y su compinche, se trasladaron a otra zona de campaña ubicada sobre el kilómetro 163 de la Ruta 9 al Este de la ciudad de San Carlos, ingresando a un camino vecinal. Esa vez se desplazaban en una camioneta.

Llegaron a una casa de campo e ingresaron violentamente a una construcción donde pernoctaba un amigo de los dueños de casa, de 81 años, a quien maniataron de piernas y manos y amordazaron. En ese momento, el matrimonio que dormía en la casa lindera escuchó ruidos.

Los perros comenzaron a ladrar insistentemente por lo que se levantaron y encontraron a los copadores pateando la puerta y gritando que abrieran porque de lo contrario matarían a su amigo. El dueño de casa, también de 81 años, tomó un rifle y decidió enfrentarlos a tiros.

Mientras su esposa, de 79 años, llamaba a la Policía, los delincuentes también comenzaron a disparar contra la propiedad, afortunadamente sin herir a nadie, mientras el octogenario seguía parapetado y procurando ponerlos en fuga aunque no lo lograba porque lo repelían.

Tal fue el nivel de enfrentamiento que el hombre quedó sin municiones en su rifle y continuó disparando con una escopeta que le alcanzó su esposa. Finalmente, los delincuentes huyeron pero sin demasiada suerte porque la Policía ya se había movilizado hacia la zona.

Poco más tarde era detenido el primero de ellos en campo abierto, en tanto su compinche fue atrapado escondido en una cañada. En el mismo lugar habían arrojado las armas utilizadas en los dos atracos: un rifle calibre 22, una escopeta calibre 16 y un revólver.

e-max.it: your social media marketing partner