(ÚLTIMA INFORMACIÓN – H. 18.15) El individuo de 30 años de edad, que el viernes fue detenido en una casa de La Barra, donde se encontró un arsenal y distintos efectos utilizados por una banda de asaltantes que perpetró varios golpes en Maldonado y fuera del departamento, fue enviado a la cárcel. Le imputaron coautoría de dos rapiñas y dos tres delitos de receptación.
L.J.C.R., de 30 años de edad y carente de antecedentes penales, fue procesado con prisión por la Jueza Penal de 4° Turno de Maldonado, doctora Adriana Morosini, imputado por dos delitos de rapiña agravadas, en calidad de coautor, y por tres delitos de receptación.
Este individuo oriundo de Montevideo pero domiciliado en la casa de La Barra allanada el pasado viernes, fue el entregador de al menos dos asaltos perpetrados en los últimos meses contra remeseros que cumplen funciones para distintas empresas de Maldonado.
Radicado en la zona, se dedicó durante meses a estudiar los movimientos de dinero de distintas empresas, como estaciones de servicio, financieras y otras. Ciertos movimientos de fuertes sumas de dinero y cheques, se realizaban en forma rutinaria y sin ninguna medida de seguridad.
Rápidamente L.J.C.R. lograba saber cuando y a que hora se movilizaban con dinero ciertos funcionarios que en realidad no son remeseros profesionales, sino trabajadores en los que distintas empresas confiaron la tarea. Luego, la banda viajaba de Montevideo y daba los golpes.
Llamativamente, la Jueza a cargo del caso, no encontró elementos suficientes para también procesar a la esposa del entregador, de 36 años de edad, quien se estima estaba al tanto del accionar de su marido. Ella estaba en la casa donde se encontró el arsenal.
Según datos en poder de la Policía, L.J.C.R. durante los interrogatorios “se abrió” y aportó importante información sobre el resto de la banda. La cabeza de la misma y al menos otros dos integrantes están plenamente identificados y pueden caer de un momento a otro.
Aunque el entregador fue procesado por coautoría en los atracos perpetrados la semana pasada en la estación de servicios Ancap de La Barra, y en el atraco meses atrás a otro remesero en el estacionamiento de Devoto Punta del Este, la banda prófuga participó en otras dos.
El hábil delincuente, puede haber preparado el terreno para que la banda perpetrara otros golpes vinculados a Maldonado: el del remesero asaltado en la avenida Giannattasio, a la altura de Solymar, y el del cobrador de Crufi concretado anteriormente en Cerro Pelado.
En el caso de los delitos de receptación que le imputaron, están vinculados a la tenencia del automóvil Kia Rio -robado en diciembre en Colonia-, y a la tenencia de cuatro poderosas armas. Increíblemente no fue imputado por tenencia ilegal de armas, una de ellas de guerra.
Buen trabajo
Tres chalecos antibalas, 3 pistolas calibre 9 m.m. con munición viva, 1 arma larga automática calibre 5.56, de última generación con munición viva, 3 máscaras de plástico, 4 pares de guantes y varias mochilas, fue lo encontrado dentro de la finca que alquilaba L.J.C.R.
Allí lo descubrieron los investigadores del Distrito 4 de la Policía de Maldonado, a cargo del comisario mayor Julio Pioli, viviendo junto a su esposa y dos hijos menores de edad. El coche robado en Colonia y que ahora lucía chapas matrículas de Brasil, lo estacionaba a dos cuadras.
Los movimientos “sospechosos” de este coche fueron vinculados a dos o tres de los asaltos más contundentes ocurridos en los últimos meses. El día del último asalto, en la estación de servicios de La Barra, éste vehículo fue visto “dando vueltas” en una plaza del balneario.
El Kia Rio, fue descubierto luego estacionado en una calle del balneario La Barra y todo el entorno comenzó a ser vigilado durante las 48 horas previas al viernes. La Policía de Maldonado armó una “ratonera”, pero además, para evitar una fuga pinchó varios neumáticos del moderno coche.
El viernes a la tarde, L.J.C.R. salió de una casa ubicada a dos cuadras de donde estaba el Kia, se dirigió hacia el vehículo y fue detenido. Casi al mismo tiempo, fue allanada la propiedad en cuyo interior se encontraba la pareja del individuo y dos hijos de ésta menores de edad.
Los pasos de la Policía de Maldonado estaban bien dirigidos, ya que en el interior de la finca, se encontró un verdadero arsenal, compuesto por armas que ya se estableció fueron utilizadas en varios atracos, incluido el último perpetrado a pocas cuadras de donde se afincaba el entregador.
En el engorroso procedimiento, participaron efectivos de distintas reparticiones, de los distritos 2 y 4 de la Policía de Maldonado, ya que se sospechaba que en la casa pudiera estar “fondeada” toda la banda, y habida cuenta del armamento que había usado, podría ocurrir un enfrentamiento.
Bien cerca
El último atraco, que le reportó a la banda $ 1.400.000 y US$ 8.000, se perpetró con gran precisión sobre la hora 12.00 del pasado lunes 15 de febrero, y en un lugar que registraba un importante movimiento, en el corazón de La Barra y a corta distancia de la comisaría del lugar.
Un hombre, que oficia de remesero y se mueve sin ningún tipo de apoyo para realizar la tarea, fue abordado por dos individuos encapuchados y armados, apenas había salido del local de Abitab ubicado en el edificio de la estación de servicios Ancap de La Barra, antes de subir a su coche.
Mediante amenazas con armas de grueso calibre (largas y cortas), se hicieron de la recaudación que acababa de retirar, que según la denuncia, ascendía a $ 1.400.000 y US$ 8.000, entre efectivo y cheques. Los delincuentes huyeron en un VW Gol de color gris y vidrios polarizados.
Luego se confirmó que el Gol, había sido robado mediante rapiña el 1° de febrero en jurisdicción de la seccional 9ª de Montevideo. Sobre la hora 15.00 del mismo lunes, fue encontrado en una calle perpendicular a la costa, frente al parador Mantra, entre las playas Montoya y Bikini.
La misma banda ahora intensamente buscada, atracó a otro remesero el lunes 28 de diciembre de 2015, sobre la hora 15.00, cuando se desplazaba hacia Montevideo con una fuerte suma de dinero, logrando un botín de unos U$S 50.000 en efectivo y cheques por un monto no precisado.
En aquella ocasión, delincuentes a bordo de dos automóviles, le cerraron el paso al remesero que se desplazaba en una camioneta Ford. La interceptación ocurrió en avenida Giannattasio y calle García Lagos (Canelones), en el kilómetro 26, cerca del balneario Lomas de Solymar.
El remesero fue obligado a detenerse cuando un VW Bora y un Peugeot 301 lo acorralaron. De ambos vehículos descendieron varios hombres, uno de los cuales rompió un vidrio lateral de la camioneta y sacó una mochila en cuyo interior estaba la suma de dinero mencionada y los cheques.
El remesero fue seguido desde que partió de la ciudad de Maldonado, a partir de datos aportados a la banda por L.J.C.R. Los asaltantes esperaron el momento apropiado para “encerrarlo”, y eso se produjo en Solymar, antes que la camioneta ingresara a Montevideo.
El lunes 7 de diciembre, sobre la hora 16.00, la misma banda asaltó al empleado de una conocida automotora de Maldonado, cuando se disponía a depositar $ 430.000 en un cambio de Hipercentro Devoto de Punta del Este, ubicado en la Parada 10 de la avenida Roosevelt.
La víctima, de 36 años de edad, apenas detuvo su coche frente a la puerta principal, fue encañonado por un encapuchado. Quedó prácticamente encerrado entre su coche, los carros del supermercado y el delincuente que lo apuntó dos veces con un arma corta pero de grueso calibre.
El atracador tomó el bolso que el empleado dejó en el piso, y se introdujo rápidamente en una camioneta VW Tiguan de color gris oscuro, en la que había al menos otras tres personas. La banda, partió raudamente del estacionamiento tomando Roosevelt al Norte.
Unos 45 minutos más tarde, la camioneta que había sido robada días antes en Carrasco, y que llevaba chapas matrículas argentinas, apareció prolijamente estacionada en un complejo de apartamentos de avenida Camacho y calle Antártida, en Maldonado.
Ahora se confirma un adelanto de MaldonadoNoticias de los primeros días de diciembre. Esta misma banda, el viernes 4 de ese mes del año pasado, atracó al cobrador de una distribuidora de helados Crufi en la zona de Cerro Pelado. En ese caso -que no tuvo difusión-, se hicieron solo de cheques.