Este jueves será presentado en Piriápolis, el Plan de Acción de la Gestión de Basura Marítima, enmarcado en un programa que impulsa Naciones Unidas. Estarán presentes autoridades nacionales del Mvotma, de ONU Medio Ambiente, departamentales y locales.

El jueves 28 de junio, a las 11.30 horas, en la sala de audiovisuales de la Estación de Cría de Fauna Autóctona (Ecfa) del Cerro Pan de Azúcar, se dará a conocer el Plan de Acción de la Gestión de la Basura Marina, enmarcado en un programa que impulsa Naciones Unidas.

En el acto participarán el subsecretario del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), Jorge Rucks; el director de la Oficina Subregional de ONU Medio Ambiente para el Cono Sur, José Dallo, y autoridades departamentales y locales.

Gran problema

La basura marina representa un enorme problema en océanos y mares de todo el planeta. Algunos científicos advierten que, en 2050, la cantidad de plásticos en el océano superará a la de peces, por lo cual a distintos niveles se están desarrollando acciones.

La basura marina incluye materiales plásticos de todas formas y tamaños que se descomponen muy lentamente en el medio marino, pudiendo tardar más de 400 años. La basura marina proviene de diversas fuentes y tiene múltiples efectos en el medio ambiente, la salud, la economía la seguridad y la cultura.

Ha sido definida por la ONU Medio ambiente como "cualquier material sólido, persistente, fabricado o procesado de que se descargue, evacue o abandone en el medio marino y costero”, conformado por artículos que han sido fabricados o usados por las personas y que son deliberadamente desechados.

Se sabe que la basura marina, incluidos los plásticos y microplásticos, procede en cantidades masivas de fuentes terrestres. Sin embargo, también pueden proceder de los buques. Se han detectado desechos en las zonas costeras, en aguas lejos de fuentes antropogénicas de contaminación.

También en aguas superficiales, en la columna de agua de las aguas profundas, en sedimentos de los océanos e incluso hasta atrapada en el hielo marino, desde el Ecuador hasta los dos polos. La ONU Medio ambiente estima que el 15% de la basura marina flota en la superficie del mar.

Otro 15% se localiza en la columna de agua y el 70% permanece en el fondo marino. Conforme a otro estudio, 5,25 millones de partículas de plástico, que suponen un peso de 268.940 toneladas en total, se encuentran flotando en los océanos del mundo.

Además de los problemas para la salud y el medio ambiente que representa, la basura flotante supone también una importante amenaza para el transporte marítimo, ya que ese tipo de residuo puede llegar a enredarse en hélices y timones, haciendo peligrar la navegación.

Esta basura es perjudicial para la vida marina: las criaturas pueden quedar atrapadas dentro de contenedores o enredarse en redes y cuerdas. Además, los microplásticos pueden entrar en la cadena alimentaria ya que son indigeribles cuando se tragan.

Los peces y moluscos ingieren los microplásticos y, recientemente, se encontraron muestras en varias especies comerciales en distintos puntos de venta, por eso se sigue investigando para determinar si los microplásticos suponen un riesgo para la inocuidad de los alimentos y potencialmente, la seguridad alimentaria.

Las buenas noticias son que varios gobiernos han anunciado planes para prohibir las micropartículas en productos de limpieza y de cosmética. Además, algunas compañías de cosméticos se han comprometido de forma voluntaria a eliminarlos gradualmente para 2020.

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