En el marco del plan “Dunas sin ruedas” a cargo del MVOTMA y Prefectura Naval, junto a las intendencias de Maldonado, Rocha, Canelones, San José y Colonia, autoridades de la DINAMA recorrieron sus costas para fiscalizar que se cumpla la prohibición de ingresar con vehículos.

Autoridades de los organismos involucrados, encabezados por la Dirección Nacional de Medio Ambiente, estuvieron jueves y viernes en las playas más concurridas de los departamentos costeros del Río de la Plata y del Océano Atlántico.

El objetivo fue fiscalizar el cumplimiento de la normativa relacionada con el ingreso de vehículos a las dunas, lo que está expresamente prohibido y es motivo de denuncias permanentes. En Maldonado, las zonas más violentadas son aquellas más alejadas como José Ignacio.

La campaña de concientización comenzó en 2012 con la difusión de un spot publicitario y el apoyo de más de 40 medios y organizaciones de la sociedad civil. Ahora se decidió profundizar en la fiscalización, aplicando multas cuando se detecta una infracción.

El monto de la sanción es de 25 U.R., lo que equivale a unos $ 21.000. Las autoridades subrayan que más allá de la sanción económica, lo que realmente se pretende es crear conciencia en toda la ciudadanía, y “aceitar la coordinación entre las instituciones”.

El director de la DINAMA, Alejandro Nario, explicó que durante estas recorridas se pudo detectar junto a personal de Prefectura y las intendencias costeras, donde hace falta colocar carteles o barreras que eviten el ingreso de los vehículos a la playa, entre otras medidas.

Las denuncias pueden realizarse llenando un formulario en la página del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, o más directamente mediante una llamada telefónica al número 106, que es el de emergencias de la Prefectura Nacional Naval.

Detener el deterioro

Guillermo Scarlato, gerente del área de Ecosistemas de la DINAMA, indicó que el daño que realiza el vehículo al transitar por las dunas es muy importante, ya que la erosión que provoca altera la dinámica dunar afectando a su vez la conservación costera.

También atenta contra la preservación de la vida de determinadas especies de aves o anfibios que utilizan la franja costera para desovar, advirtió. Por otro lado, también la seguridad y el disfrute de los usuarios de estos ambientes se ven alterados con la circulación de vehículos.

Esta política como todas las que implican regular usos contienen “válvulas de escape” para casos de personas con problemas de capacidad para desplazarse o que realizan actividades productivas, como la pesca artesanal y necesitan acercar o retirar una embarcación a la costa.

Scarlato reconoció que en las costas aún resta mucho trabajo por hacer ya que hay zonas muy vandalizadas, pero resaltó que en general se observa el involucramiento de vecinos y organizaciones locales para cuidar los lugares comunes, y esto se ve reflejado en las solicitudes que llegan a la DINAMA.

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