Según el Informe Women in Business 2021, que entrevista aproximadamente a 10.000 directivos de empresas de todo el mundo, este año se alcanzó la cifra más alta de mujeres en cargos de alta jerarquía a nivel mundial, con un 31%, en comparación al 29% que se mantenía desde 2019.

La experiencia de las mujeres en sus entornos laborales durante la crisis sanitaria ha sido compleja: no sólo se vieron más afectadas por los despidos y las bajas, las estadísticas demuestran que han asumido mayores responsabilidades que los hombres durante el confinamiento.

La modalidad de home office significó para muchas la combinación de las tareas laborales y domésticas, como el cuidado de los niños y la educación en casa. Sin embargo y a pesar de tales circunstancias, el informe demuestra un avance en el ascenso femenino a cargos directivos: 9 de cada 10 empresas tienen al menos una mujer en sus equipos de dirección.

Tal avance no sólo es resultado de una lucha histórica por la disminución de la brecha de género en el mercado laboral. La coyuntura desafiante contribuyó a acelerar tendencias y actitudes que ya existían en el escenario empresarial hacia el trabajo flexible, la importancia de la diversidad en los equipos y la necesidad de un liderazgo más empático y transparente.

Las implicancias del contexto no sólo impusieron el trabajo desde casa y la virtualización de los procesos a través de servicios de  web hostingMuchas empresas debieron replantearse de raíz para afrontar los desafíos que presentaba la realidad.

Entre otras cosas, se cuestionaron los estilos de liderazgo vigentes: se reconoció la importancia de contar con líderes comprometidos con el personal y comprensivos con las necesidades y circunstancias personales de su equipo. La empatía se posicionó como cualidad fundamental en los roles jerárquicos y se fomentó la formación de liderazgos diversos, especialmente en lo relativo al género.

Los beneficios de incluir mujeres en el nivel directivo incluyen la mejora de los resultados financieros, el aprovechamiento del talento, el reflejo de las perspectivas del mercado y de los clientes y el aumento de la innovación, elementos clave para que las empresas atraviesen con éxito los tiempos de incertidumbre.

Sin embargo, a pesar del avance general, algunos negocios reportaron que ante las urgencias de la situación pandémica han dejado de aplicar políticas de diversidad de género, encaminadas a potenciar la carrera directiva de las mujeres en sus plantillas. La cifra aumentó del 11% al 26% durante 2020.

Ante esto, el informe enumera las acciones prioritarias que desarrollan las empresas comprometidas con la igualdad de género y que deberían ser prácticas ejemplares para otros organismos:

-        Garantizar el acceso equitativo a las oportunidades de desarrollo laboral

-        Crear una cultura inclusiva

-        Revisar métodos de contratación

-        Establecer objetivos para el equilibro de género en los niveles de liderazgo

Dar continuidad a estas tendencias e incluir políticas y objetivos de género en las instituciones debe ser un compromiso constante para lograr la ruptura progresiva del “techo de cristal” que históricamente les ha dificultado el crecimiento profesional a las mujeres.

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