El contundente respaldo que logró Aécio este domingo en la primera vuelta de las elecciones de Brasil, sorprendió incluso a los socialdemócratas, que anhelan poner fin a 12 años de gobierno petista. Dilma Rousseff logró el 41,5% de las adhesiones pero habrá ballotage.
Con casi el 100% de los votos escrutados, Dilma, del Partido de los Trabajadores (PT), obtuvo el 41,5%, seguida por Aécio, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 33,6%, y finalmente por Marina, del Partido Socialista Brasileño (PSB), con 21,3%.
Al no conseguir la mitad más uno de los votos, la presidenta enfrentará a Aécio en la segunda vuelta prevista por la ley electoral del vecino del Norte, el domingo 26 de octubre, cuando en Uruguay se esté celebrando la misma instancia, pero en primera vuelta.
El contundente respaldo que logró Aécio sorprendió incluso a los socialdemócratas, que anhelan terminar con 12 años de gobierno del PT, informan diversos medios desde Brasil.
“Es hora de unir nuestras fuerzas. Mi candidatura ya no es más la candidatura de un partido político, o de un conjunto de alianzas. Es un sentimiento más puro, de todos los brasileños que aún tienen la capacidad de indignarse”, proclamó Aécio.
En su discurso, Aécio hizo referencia al estancamiento económico después de cuatro años de una decepcionante expansión, con alzas cada vez más notorias en la inflación, y a los recurrentes escándalos de corrupción, sobre todo en la estatal Petrobras.
El gran caudal electoral que obtuvo el candidato del PSDB, sorprendió luego de que los últimos sondeos de opinión previos al acto de este domingo, habían pronosticado un empate técnico con Marina Silva, reconocida ambientalista que se convirtió en un fenómeno en la campaña.
Marina, en pocas semanas de campaña había sumado un respaldo sorprendente, en parte de jóvenes que participaron el año pasado de las masivas manifestaciones en reclamo de mejores servicios públicos y rechazo a los gastos por el Mundial de fútbol.
La candidata, adelantó en la últimas horas de este domingo y tras los primeros datos del escrutinio que la dejaban fuera de competencia, que en los próximos días sostendrá reuniones para discutir cualquier respaldo en el ballottage.
No es la primera vez que esta ex ministra de Medio Ambiente de Lula se encuentra en esta posición, ya que en las elecciones de 2010, cuando era candidata presidencial por el pequeño Partido Verde y alcanzó un sorpresivo 20% de los votos, se negó a declarar su apoyo a los dos contrincantes.
Esta vez, sin embargo, podría tener otra actitud, ya que su candidatura fue blanco de una feroz campaña del PT, que buscó destruir su imagen y su mensaje de “nueva política”, a la vez que intentó sembrar miedo en el electorado de bajos recursos.
En tanto, desde Brasilia, Dilma reconoció el respaldo incondicional de Lula, su padrino político, agradeció al electorado que le dio su confianza y llamó a los militantes petistas a mantener los esfuerzos para garantizar su reelección.
“Sin el presidente Lula, yo no habría llegado a donde llegué. No habría conseguido realizar mi sueño de hacer un Brasil mejor. La lucha continúa, una lucha que sin dudas será victoriosa porque es la lucha del pueblo brasileño”, declaró.
“El pueblo brasileño ansía más avances y dice que ve, en el proyecto que yo represento, la más legítima y confiable fuerza de cambio. Es una responsabilidad que nosotros, que defendemos ese proyecto, tenemos que asumir ante la historia”, agregó Dilma.
Además de la presidencia, en estos comicios los 142,8 millones de brasileños habilitados para votar, elegían gobernadores de 27 estados, renovaban toda la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, así como más de un millar de bancas legislativas estatales.
(Foto: AP)