La casa principal de "Quincho Grande", la imponente propiedad en la que vivía González Valencia con su familia en Punta del Este.En medio de un férreo dispositivo de seguridad encabezado por el propio ministro del Interior, que incluyó vigilancia aérea, fue trasladado desde el penal de Punta de Rieles hacia Libertad, el “Cuini” Gerardo González Valencia, detenido 4 años atrás en Montevideo, a donde se había trasladado transitoriamente desde Punta del Este donde vivía desde 2011.

 

El Ministerio del Interior dispuso que el director del Instituto Nacional de Rehabilitación IINR), elaborara el procedimiento de traslado del integrante del cartel mexicano “Los Cuinis”, con proceso de extradición pendiente de los Estados Unidos, desde la unidad Punta de Rieles al Penal de Libertad.

Aunque se estima que el traslado se realizó por razones de seguridad, la información oficial da cuenta que fue “por razones de política carcelaria”. Del traslado se informó al propio presidente de la República y a las autoridades de la Suprema Corte de Justicia.

También se informó a la actual jueza de la causa, Adriana Chamsariam, al fiscal de Corte Jorge Díaz y al comisionado parlamentario Juan Miguel Petit. En la operación participó el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, el director de la Policía Nacional, Diego Fernández, y el director del INR, Luis Mendoza.

Largo proceso

El Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 4° Turno, confirmó la extradición de González Valencia a Estados Unidos, el 2 de octubre de 2018. La defensa llevó la causa hasta la Suprema Corte de Justicia, última instancia que prevé el sistema, pero el recurso de casación interpuesto fue rechazado.

Gerardo González Valencia y su esposa W.D.A.A., estaban radicados en Punta del Este desde el año 2011 junto con 3 hijos menores de edad. La familia era visitada frecuentemente por los abuelos maternos de los chicos (también mexicanos). El padre de la mujer estaba requerido por Estados Unidos.

Se habían radicado en el chalet “Quincho Grande”, ubicado en el exclusivo y apacible barrio Parque del Golf. La propiedad ocupa más de una manzana parquizada y arbolada, que cuenta con una gran cantidad de quinchos diseminados en todo el predio, y una gran casa principal donde vivía la familia.

En acuerdo con la Jueza en Crimen Organizado Adriana De los Santos, en abril de 2016 la DGRTID decidió evitar una eventual fuga de Gerardo González Valencia, acompañado por su suegro y los hijos, ya que su esposa había viajado al exterior cuando se desató el procedimiento.

La publicación de los “Panama Papers” llevó a que la jueza y la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, aceleraran la operación para detener al mexicano y a otras personas vinculadas a él, antes que abandonara el país. Todos eran vigilados en Punta del Este desde hacía al menos un año.

La esposa del narco estaba vinculada a 3 sociedades: era única dueña de Montella Global S.A., constituida en Panamá el 20 de febrero del año 2012; en Tossa del Mar S.A. figuraba como director R.A.P, y como apoderada W.D.A.A.; en Dalaithy S.A., creada el 29 de julio de 2011, la mujer figuraba como directora.

La Fiscal de la causa, doctora María de los Ángeles Camiño Moreno, sostuvo que el matrimonio mexicano estaría vinculado “al Narcotráfico revistiendo sus fondos el carácter de sospechosos, por apoyar los servicios financieros de la Organización de Narcos llamados ´Los Cuinis´…”.

Inversores

Gerardo González Valencia, es uno de los 5 hermanos de Abigael, líder del cartel “Los Cuinis”, también vinculado al llamado “Jalisco Nueva Generación”. Una de las modalidades para blanquear dinero es la creación de sociedades anónimas, en este caso panameñas, adquiridas al Estudio Mossack & Fonseca.

A nombre de algunas de las sociedades en las que figuraba como titular, directora o apoderada la esposa de Gerardo González Valencia, aparecían diferentes bienes de alto valor, como un chalé en Punta del Este, el cual fue comprado en el año 2012 en U$S 2 millones, y varios automóviles de alta gama.

Entre los coches figuraban un Audi Q7 TFSI del año 2012, valuado en U$S 130.000; otro Audi A 4, una camioneta Volkswagen Saveiro y una camioneta Land Rover”. Asimismo, mediante las mismas sociedades se compraron tres solares en la zona de Punta Ballena, en la cifra de U$S 550.000.

En las transacciones de compraventa de los solares, intervino un conocido agente inmobiliario de Punta del Este, que integraba la sociedad Tossa de Mar S.A. También intervino y utilizaba el dinero H.A.P., el suegro de González Valencia, quien se encontraba desde hacía algunos meses en Uruguay.

Uno de los aspectos que llamó la atención de los investigadores y que fue expuesto por la Fiscal de la causa, es que a ninguno de estos dos mexicanos se le pudo conocer actividad laboral alguna, a pesar del altísimo nivel de vida que llevaron desde que se establecieron en Uruguay.

Además de comprar a nombre de sociedades anónimas, usaban a otras personas para poner los vehículos a su nombre. Por ejemplo, el caso de los jardineros que además hacían tareas de mantenimiento y domésticas, quienes tenían a su nombre algunos de los vehículos de los mexicanos.

La ostentación del matrimonio mexicano era tal, que sus tres hijos asistieron primeramente al colegio S.C. de Punta del Este -uno de los más afamados del balneario-, y a partir de 2016, a la S.I de Montevideo. Allí abonaban $ 45.000 por mes por los niños.

Como la esposa de Gerardo González Valencia se había ido hacía poco tiempo a México, el narco decidió vivir en Montevideo, para evitar el viaje diario de los tres niños desde Punta del Este para asistir a la S.I. Para ello optó por alquilar un apartamento en la zona de Carrasco.

Allí surgió que un hombre de Piriápolis, identificado como P.G., recibía dinero del mexicano, el que cambiaba indistintamente a dólares o pesos para lograr una garantía para el alquiler del apartamento de Carrasco. También intervino en la compraventa de los solares de Punta Ballena.

Durante las actuaciones policiales de abril de 2016, se incautaron al momento de un allanamiento, $ 300.000 y U$S 5.000, ya que los U$S 8.000 restantes P.G. dijo haberlos “dejado” en un conocido cambio de Piriápolis, cuyos titulares lo negaron rotundamente y exhibieron documentación.

En el momento de desatarse el operativo, “El Cuini”, su suegro y los tres hijos menores del primero, se estaban alojando en un hotel de Montevideo, donde fueron detenidos por la Policía. La esposa del narco fue detenida posteriormente en el aeropuerto internacional de Carrasco.

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