Una modalidad delictiva muy común en la República Argentina y otros países, parece comenzar a replicarse en nuestro país y concretamente en Maldonado. Una mujer que se encuentra en Buenos Aires, recibió una llamada anónima, en la que le solicitaron dinero para liberar sana y salva a su hija que vive en Maldonado.
El caso se produjo en horas de la madrugada de este jueves, cuando varias dependencias de la Policía uruguaya, se movilizaron ante el llamado desesperado al teléfono de emergencias 911, de una mujer desde Buenos Aires, denunciando que tendrían secuestrada a su hija.
La llamada de la mujer fue recibida por el 911 de Montevideo, desde donde se transfirió la información en forma inmediata a Maldonado, ya que la denunciante del presunto secuestro de si hija, dio la dirección del domicilio de ésta, en un barrio fernandino.
En forma inmediata efectivos policiales de la seccional 1ª de la capital departamental, concurrieron a una finca del barrio San Francisco, donde llamaron insistentemente a la puerta, hasta ser atendidos. En ese momento se supo que la supuesta secuestrada, estaba perfectamente.
Sorprendida, la víctima usada en la extorsión, agregó además que en ningún momento había sido privada de su libertad y que tampoco había recibido algún tipo de amenaza. Inmediatamente se ubicó a su madre en la capital Argentina, para confirmarle la noticia.
En alerta
Del inusual caso fue enterada la justicia penal de Maldonado, que dispuso que la Dirección de Investigaciones se haga cargo de la situación, en procura de poder llegar a los autores de esta maniobra, que, no se sabe si realizaron la llamada desde Argentina o desde nuestro país.
Si bien se trató de un hecho falso, para la Policía quedó claro que una persona o eventualmente una organización dedicada a los denominados “secuestros virtuales extorsivos”, conocía la familia a la que intentaron sacarle dinero, y sabían que la madre de la supuesta víctima estaba lejos.
Semanas atrás y a raíz de algunos casos similares ocurridos en la capital del país, el Ministerio del Interior alertó a la población sobre los mismos, y confirmó que todos habían carecido de veracidad, ya que las presuntas víctimas se encontraban en sus lugares habituales.
En su accionar los delincuentes se identifican como una organización extranjera para dar una sensación de más poder e impunidad, aunque llama la atención el poco monto de dinero que reclaman por entregar sanas y salvas a las víctimas. Los pedidos oscilan entre los US$ 5.000 y US$ 10.000.
Ante la vulnerabilidad o desesperación de quienes reciben este tipo de llamada y no pueden corroborar rápidamente donde se encuentra su ser querido, son montos relativamente accesibles que suelen ser girados o dejados en los lugares que indican los delincuentes.