Estaba alquilando, pero en realidad a nombre de otra persona, el chalet de calle Mar Chiquita, en Punta del Este, donde el 26 de febrero del año pasado fuera últimado a balazos Gonzalo Aguiar. Cristino fue acusado por usurpación, pero además, según el dueño de la propiedad, por varias de las personas que se alojaban con él.
El martes 7 de enero en las primeras horas de la noche, una importante movilización policial llamó la atención en el entorno del chalet “Melody”, ubicado sobre calles Mar de Coral y Mar Chiquita, en el barrio Cantegril de Punta del Este. En esa propiedad murió baleado por su expareja el 26 de febrero del año pasado Gonzalo Aguiar.
Durante toda la jornada, a los residentes de la zona les había llamado la atención la presencia de la Policía. Es porque a esa altura ya habría algunas denuncias en contra del relacionista público Fernando Cristino, quien era el inquilino, aunque luego se supo que el contrato en realidad lucía la firma de otra persona.
Tras el desalojo por orden judicial, el abogado de Fernando Cristino, Marcos Prieto, dijo que durante el procedimiento, su cliente accedió a dejar la propiedad “por razones de buena convivencia”, a pesar de que hay un contrato de alquiler vigente hasta el sábado 11 del mes en curso, pero que no está firmado por Cristino.
Prieto explicó que “como todo empresario, él (Cristino) delega cosas, por eso ese contrato no lo firmó él. Si el contrato lo hubiera firmado él estaríamos hablando de que tiene tres días más para estar (en el chalet “Melody”). Según el abogado, erróneamente es acusado de usurpación “cuando no es así”.
Por su parte el dueño de la propiedad, Daniel Carusso, dio una versión diferente y calificó el hecho como “bochornoso”, asegurando que el alquiler “no se venía pagando, el contrato estaba vencido”, además de que Fernando Cirstino no era el inquilino. “No hubo cumplimiento del contrato”, insistió el dueño de “Melody”.
Aseguró que “la chica” firmante del contrato se reunió con él porque quería entregarle las llaves, y que la mayoría de quienes se estaban alojando en la propiedad ser retiraron, además de que Cristino lo llamó por teléfono “en forma agresiva, con amenazas”. Además, Carusso desmintió al abogado Marcos Prieto.
“No se fue en forma voluntaria, Fiscalía ordenó que tenía que retirarse; un caso típico de usurpación”, dijo Carusso, remarcando que la presencia policial durante toda la jornada del martes se debió a que hubo una serie de denuncias de distinto tenor realizadas “por la gente que vivía con él (Fernando Cristino)”.
Cristino por su parte, acusa al “casero” de la propiedad, de hacerle la vida imposible, al extremo de bajar la llave de suministro de energía eléctrica de la residencia y de generarle problemas con algunas de las chicas afincadas allí. Pero fue más lejos, porque afirmó que ese mismo hombre le robó algunos efectos.