La Policía desarticuló una banda de reclusos y familiares, que realizaban cuantiosas maniobras con tarjetas de crédito clonadas, de ejecutivos de multinacionales. Realizaron compras en grandes supermercados de Uruguay y comercios de Argentina, por más de US$ 50.000.
Según consigna el matutino El País, las maniobras se detectaron hace unos meses en la cárcel de Las Rosas, donde se encuentran alojados varios de los miembros de la banda; el cabecilla es un hacker brasileño, procesado por estafas y lavado de activos en enero de 2013.
Según el matutino este individuo, cuya identidad no fue aportada, obtuvo unos 30 números de tarjetas de crédito internacionales a través de contactos en hoteles de primer nivel, cuyos titulares son altos ejecutivos de empresas multinacionales.
Junto con otros presos, el hacker brasileño clonó 4 tarjetas -cuyos límites de crédito oscilaban entre US$ 25.000 y US$ 180.000-, con las cuales sus titulares tienen cubiertos gastos de hoteles, pasajes en primera clase y restaurantes lujosos.
Los reclusos se comunicaban con familiares que eran quienes ejecutaban las maniobras. Llamaban por teléfono a los call center de los hipermercados o hacían compras por internet, y cuando les solicitaban una dirección, los delincuentes brindaban la de una residencia de Carrasco.
Estacionaban una camioneta frente a esa propiedad y esperaban hasta que llegara el pedido. Al descender el empleado del hipermercado de su vehículo, le decían que cargara todo en la camioneta porque viajarían al interior, y señalaban la residencia.
El hacker brasileño era el líder de la banda, y sabía que usando tarjetas de multinacionales europeas o norteamericanas, no sería denunciado ni descubierto a corto plazo. Pero familiares de un recluso se hicieron de una tarjeta y cometieron errores.
Además de un gran despilfarro, uno de ellos dio un número de tarjeta equivocado en una compra por un monto muy elevado, lo que llamó la atención del gerente de un supermercado de Punta del Este, que en poco rato había alertado a la Policía.
La denuncia llegó al Departamento de Información y Análisis Penitenciario (DIAP) del Instituto Nacional de Rehabilitación, desde donde se ordenó una investigación a reclusos de la cárcel de Las Rosas, y al hacker brasileño alojado en el establecimiento Campanero, en Lavalleja.
Tras más de un mes de investigaciones y escuchas telefónicas, los policías del DIAP, confirmaron que la banda estaba integrada por 4 reclusos y 3 familiares de los mismos. El caso -que aún no está cerrado-, está a cargo del juez penal de 2° turno de Maldonado, doctor Gerardo Fogliacco.