La reglamentación de la Secretaría Antilavado establece que solo las apuestas de hasta US$ 3.000 no deben ser identificadas, por lo cual los casinos que no reporten operaciones sospechosas podrían ser multados hasta en US$ 2 millones, según una nueva normativa. El caso Mónica Rivero, puso sobre el tapete el tema de la normativa y los controles.

Daniel Espinosa, director de esa repartición, recordó que en Uruguay hay cuatro obligados a reportar ese tipo de operaciones: dos privados, Enjoy (Punta del Este) y Carrasco (Montevideo); y dos públicos, los casinos municipales (Montevideo) y la Dirección General de Casinos.

Espinosa explicó que el año pasado la Secretaría Antilavado trabajó con todos los casinos para evaluar los riesgos y las medidas de control a aplicar y en octubre emitió un decreto que reglamenta la actividad. Allí se establece que quienes apuesten hasta US$ 3.000 no tendrán la necesidad de identificarse.

Pero a medida que las apuestas superen ese monto, se incrementarán los controles hasta la necesidad de justificar el origen del dinero. En caso contrario los, establecimientos pueden ser pasibles de observaciones y apercibimientos, o multas de hasta US$ 2 millones.

Sobre el caso de Mónica Rivero, quien apostó más de US$ 4 millones entre los años 2007 y 2017 en el casino del hotel Enjoy de Punta del Este (ex Conrad), la Secretaría Antilavado aguarda un informe de inspección para determinar si hubo omisiones a esos controles.

La pasada semana, Enjoy Punta del Este emitió un comunicado subrayando que la empresa “trabaja en forma permanente y constante en la prevención y eventual detección de cualquier situación que se aparte de las leyes vigentes, a través de políticas internas, un modelo de prevención de delitos y fuertes medidas de control”.

Asimismo aclara que, la empresa es constantemente auditada por las autoridades correspondientes (incluyendo la SENACLAFT) y siempre ha entregado la información que se requiera a los organismos competentes. Enjoy omitió referirse al caso Rivero por encontrarse en la órbita judicial.

Apostó fuerte

La ex jefa de finanzas y tesorería de la empresa Julio César Lestido, durante 10 años robó US$ 7,6 millones y $ 1,4 millones, con los que realizó viajes, pagó estadías, compró joyas y apostó grandes sumas en el casino privado del ex hotel Conrad de Punta del Este.

Con Mónica Rivero en prisión -luego de haber estado desaparecida durante 2 años y ser descubierta en la Barra del Chuy-, acusada de estafa y falsificación de documentos, la Fiscalía de Crimen Organizado, a cargo de Luis Pacheco, investiga la posibilidad de que se configure el delito de lavado de activos.

Las maniobras que llevó a cabo duraron, por lo menos, 10 años, ascendiendo el monto de la estafa a US$ 7.622.233 millones y $ 1.435.044, según surge del auto de procesamiento al que accedió Subrayado. Declaró que el dinero se lo gastó en viajes, compras, estadías, y juegos de azar en Punta del Este.

No se daba esa vida sola, sino acompañada por su marido y un hermano. El País consigna que la investigación realizada en el casino del ex Conrad, confirmó que el monto que gastó Rivero fue de US$ 3.598.097 con la tarjeta a nombre del marido, y US$ 646.827 con la del hermano.

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