La edila (s) Susana de Armas (Partido Colorado), durante la sesión semanal de la Junta Departamental de Maldonado del martes 12 de septiembre, volvió a referirse al estado de la terminal de ómnibus de la capital que, está concesionada junto con otras tres, a la empresa Maldonado Trans Ltda. desde el año 2017.
Susana de Armas recordó que, el 18 de octubre de 2016, había presentado una nota en la que marcaba diferentes carencias que en aquel momento había en la terminal de ómnibus de Maldonado, como la falta de mantenimiento del edificio más allá de otras carencias en los servicios.
La terminal de Maldonado, junto con las de San Carlos, Punta del Este y Piriápolis, fueron otorgadas por la Intendencia Departamental para su explotación, puesta en valor y mantenimiento, el martes 2 de mayo de 2017, a la empresa Maldonado Trans Ltda. (Licitación pública N° 43/2016).
De acuerdo al documento firmado por las partes, la comuna comenzaría a recibir US$ 100.000 anuales de canon, más otros US$ 40.000 en obras, lo que significaba un alivio muy importante para las arcas de la Intendencia Departamental que no debería solventar mantenimiento y mejoras.
“Al día de hoy, 12 de setiembre de 2023, a prácticamente 6 años de visitada la terminal de Maldonado, hemos podido comprobar que poco o nada se ha realizado para que esta terminal, que se encuentra concesionada a privados, brinde un servicio al usuario acorde al que se merece”, dijo De Armas.
Problemas eternos
Denunció que la terminal tiene “un serio inconveniente con los baños”, al margen del destacado servicio de limpieza que se realiza, porque, “luego de cierto horario se convierte en un baño público de todas aquellas personas que se encuentran en situación de calle, usándolos para aseo personal…”.
Susana de Armas, insistió en que “el edificio de la terminal necesita inversión y mantenimiento, dada la antigüedad que tiene. No hay cartel que indique que es la Terminal de Maldonado; los pasajeros de las compañías de buses que operan en esta terminal no saben a dónde llegaron ni dónde están”.
Agregó que “las barandas (de los andenes) para que las personas con diferentes dificultades tengan donde aferrarse, se encuentran en mal estado. La señalética es la misma de hace seis años atrás y se encuentra en pésimo estado. Las cerraduras de las puertas no funcionan ninguna…”.
Pero además, aseguró que, “a la noche, cuando el guardia de seguridad cierra la terminal, que pernocta allí, les atraviesa (a las puertas) un palo para trancarlas. Las papeleras son de cuando se inauguró la terminal, del año 1979. Tampoco cuenta con casa de cambio”.
Asimismo, dijo que llama poderosamente la atención “el gran número de personas que circulan en el entorno de la terminal, que no tienen nada que ver con lo que es el ambiente de esta”, como los “pseudo cuidacoches, que empiezan a auspiciar de ´cuidacoches habilitados´, luego de que el cuidacoches registrado se retira.
Dijo que estas personas generan conflictos de diferente naturaleza, y que aunque ha comprobado que la Policía trata de poner orden para que no se produzcan inconvenientes, por momentos la situación se torna dificultosa, generando un mal ambiente en todo el entorno de la terminal.
“Estamos en conocimiento de que la terminal tiene guardia de seguridad privada, pero estos hechos se generan en el entorno de la misma, ocasionando directa e indirectamente perjuicios al usuario. Los usuarios pagan los impuestos para el uso de dicho espacio, y los pasajeros pagan para recibir buenos servicios”, subrayó.
Como dato estadístico, dijo que por la terminal de ómnibus de la capital departamental circulan por día unos 2.000 pasajeros en baja temporada, por lo que es impostergable “tener una excelente terminal en todo aspecto…”, porque “es la puerta de entrada a nuestro Maldonado”.
Por último, solicitó que lo expuesto fuera enviado a las direcciones de Gestión Ambiental y Tránsito y Transporte de la Intendencia, así como al Municipio de Maldonado, al jefe de Policía, y a la empresa concesionaria de las terminales mencionadas, lo que fue acompañado por todo el cuerpo.
