El presidente del Banco Central, Mario Bergara, compareció este jueves ante la Comisión de Hacienda de Senadores, donde brindó detalles de la investigación que se realiza en torno a Cambio Nelson. Confirmó que una veintena “de clientes” tenían allí unos US$ 8,5 que nunca fueron declarados, ni denunciados.
El presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, explicó que se ha recopilado información que se ha ido analizando sobre la operativa de Cambio Nelson, al tiempo que también se ha revisado la regulación para la operativa de las casas de cambio.
Dijo que los sistemas informáticos de Camvirey S.A., han demostrado -aunque son datos primarios-, “que era un número muy reducido de agentes que tenían saldos acreedores importantes en el cambio, es decir, que habían puesto dinero, no le llamo depósitos porque no eran depósitos”.
Era una veintena de personas “la que llevaba órdenes de magnitud de saldos acreedores del orden de los ocho millones y medio de dólares, y trescientas y pico de otras personas tenían en realidad saldos muy menores que se asociaban a operativas que, podían considerarse dentro de su órbita de actuación”.
Bergara explicó que en éste último caso, se trata de quienes dejaban dinero en Cambio Nelson para el pago de facturas por distintos servicios, o gastos comunes. “O sea que la inmensa mayoría de las personas que tenían fondos ahí estaban en esa operación de menudeo”.
Pero reiteró que al menos una veintena de otros casos “de clientes”, habían colocado allí montos superiores a los US$ 50.000, y que sumados estaban en el orden de los US$ 8,5 millones”. Reitero que el BCU nunca recibió denuncias de empleados o clientes sobre este tipo de operaciones ilegales.
“No hubo información que se transfiriera a la base de operaciones del Banco Central que indujera a pensar que estas operaciones no autorizadas se hacían, y además, que la complicación de los estados contables de hecho (están) en un claro apartamiento de las normas contables del Banco Central”, acotó Bergara.
De esa manera, sostuvo el presidente del BCU, se permitía “el ocultamiento de estas operaciones, o sea que también hay una responsabilidad de quien envía la información de la compilación contable al Banco Central”, para evitar los controles que establece la regulación.