Estudiantes de un instituto francés de gastronomía visitarán en febrero el parador donde funciona la Escuela de Alta Gastronomía de UTU en Punta del Este. Allí realizarán pasantías para capacitarse en parrilla, panadería y pastelería criolla, maridaje con vinos uruguayos y cocina nacional. A esto se suman las prácticas que realizan alumnos brasileños de la carrera binacional dictada en Rivera.
La Escuela Superior de Alta Gastronomía de UTU, ubicada en la Parada 12 de la Playa Mansa de Punta del Este, no solo capacita a través de la práctica a estudiantes uruguayos, sino que también está abierta a la llegada de extranjeros que aprendan, entre otras cosas, los pormenores de la cocina uruguaya.
El centro educativo, que funciona todo el año conjugando la formación profesional con lo comercial, ya que atiende público como cualquier restaurante, cuenta con unos 35 pasantes remunerados y no remunerados de los distintos cursos de gastronomía que ofrece la UTU.
Inclusive estudiantes brasileños de la carrera binacional que se dicta en Rivera. Estos alumnos realizan prácticas no remuneradas con una duración total de 90 horas. En la primera quincena de enero viajaron 7 y en la segunda 4. Está previsto que en el mes de febrero lleguen otros 4.
También durante todo el mes de febrero visitarán la Escuela Pedro Figari, 3 alumnos del liceo de Lautréamont de Francia, donde estudian gastronomía, y 2 docentes. Realizarán pasantías no remuneradas, en las que aprenderán parrilla, panadería y pastelería criolla, además de maridaje con vinos uruguayos.
La directora de la Escuela de Alta Gastronomía de Punta del Este, Patricia Rebello, explicó que esta iniciativa surge de un convenio que tiempo atrás firmaran las autoridades de la UTU y dicha institución, lo que le da un carácter internacional a este reconocido centro de estudios.
El coordinador de Producción de la escuela, Luis Silvera, explicó que no es sencillo recibir a extranjeros que vienen a estudiar al país, dado que se debe atender aspectos vinculados al alojamiento, la alimentación y el idioma, pero, aseguró, que el esfuerzo merece la pena, por los resultados que se obtienen.
Además, se logra un importante intercambio cultural, por lo que, “apostamos a que estos estudiantes roten por las distintas áreas (cocina y salón), para que la formación realmente sea integral y trabajen con fuegos, planchas, fríos, pastelería, etcétera”, agregó Silvera.