Este 19 de octubre se conmemoraron los 260 años de la ciudad de Maldonado y también se conmemoró el inicio del proceso de creación del departamento del mismo nombre. Hubo diversas actividades protocolares y se desempolvó la verdadera historia.

En la tercera década del Siglo XVIII (1723, 1724 y 1725) Felipe V, ordenó reiteradamente la fundación de una población y la fortificación del puerto de Maldonado, aunque recibió un dictamen adverso de Zabala en 1730 sobre las dificultades que supondría asentar una población en la bahía.

En 1750 se acordó el Tratado de Madrid entre las Coronas de España y Portugal por el cual se le entrega a Portugal las Misiones Jesuíticas Orientales al Río Uruguay y se le devuelve a España la Colonia del Sacramento.

En él se establece la frontera hispano-lusitana entre la Banda Oriental y el Río Grande, en el Río Ibicuí, la Sierra de Santa Tecla y la Cuchilla Grande, la Sierra de Carapé y la Sierra de los Rocha hasta la Laguna de Castillos y el Arroyo Valizas.

Era de vital importancia para la Corona Española, ocupar efectivamente el Puerto de Maldonado, primero en la boca del Río de la Plata, en un sentido geopolítico y militar. Paralelamente, para afianzar su presencia en el Río de la Plata, crea en el mismo año la Gobernación de Montevideo.

En 1751 don José Joaquín de Viana se hizo cargo del gobierno de la ciudad de Montevideo y practicó un reconocimiento de los territorios de su jurisdicción. Como resultado de esa valoración, Viana propuso en 1754 al Rey Fernando VI, la fundación de dos poblaciones: una en el puerto de Maldonado y otra en la Sierra de Minas.

Desde por lo menos 1749 existía en la Bahía de Maldonado una guardia militar comandada por un oficial, establecida por el Capitán Francisco de Gorriti, Comandante Militar de la plaza de Montevideo.

La bahía de Maldonado estaba fuera de la jurisdicción de la gobernación de Montevideo, que llegaba por el Este hasta la Sierra de las Ánimas y el Cerro Pan de Azúcar. Naturalmente Viana era consciente de la importancia de ocupación de la bahía y su puerto.

También de las dificultades con que la administración española tropezaba para establecer nuevas poblaciones, no solo en cuanto a las personas que se necesitaban sino también a los gastos que esto originaba. En 1755 Viana procedió a instalar familias en el Puerto de Maldonado.

En carta dirigida al Ministro Don Julián de Arriaga el 4 de diciembre de 1755, le informaba: “Pareciéndome que siendo tan del interés del real servicio de Vuestra Majestad, he principiado la población del puerto de Maldonado en la que ya tengo puestos trece vecinos con sus repartimientos de tierras y otros utensilios con las que las cultivan para su alimento, valiéndome de arbitrios que no han grabado ni a la Real Hacienda ni al Público”.

Seguramente Viana no realizó un acto fundacional oficial, porque efectuó el establecimiento en territorios que pertenecían a la Gobernación de Buenos Aires, pero estaba respaldado en su accionar por el Gobierno Español ya que le informaba puntualmente de sus actos.

La instalación de las familias se realizó en lo que se llamaría el Rincón del Diario, entre la Laguna del Diario y la Sierra de la Ballena y la costa, cerca de Portezuelo (Puerto Chico). El territorio elegido se hizo más en un sentido de desarrollo de agricultores que con una visión militar y de ocupación del puerto.

Los nombres de las familias iniciales eran Juan de Dios Comandante, José Vivas, Francisco Pérez, Antonio Alanís, Isidoro García, Mateo Moleras, Diego Sánchez, Bartolomé Jayme, Manuel Franca, Francisco Moreno, Nicolás Tornel, José Brioso y Benito Brioso.

Según la costumbre de la época solo se hablaba de 13 pobladores hombres, la mayoría soldados retirados, pero por supuesto el grupo fundador estaba integrado por sus esposas y correspondientes familias. Esos datos de las primeras familias pobladores no se conocen.

En 1755 Viana se ausentó de la sede de su gobernación para comandar la campaña militar de las Misiones Jesuíticas Orientales sublevadas contra la ocupación de Portugal.

Los indios guaraníes que habitaban las Misiones consideraban a los lusitanos, sus enemigos y las misiones fueron una salvaguarda de las incursiones de los bandeirantes que los capturaban como esclavos para las plantaciones de café paulistas.

A su regreso de la campaña de “pacificación”, Viana vuelve a comunicarse con el Gobierno Español el 26 de agosto de 1757, reitera sus proyectos y la importancia que les atribuye en orden “al adelantamiento de los dominios de S.M, en medio de haber estado ausente 20 meses en la expedición de los pueblos de las Misiones siempre he permanecido en el desvelo de conservar los 14 pobladores que puse en la población Maldonado, los que en efecto han subsistido y se hallan hoy haciendo su sementeras y criando sus ganados con ánimo gustoso de no desarraigarse de aquel paraje”. Es de hacer notar que menciona a un poblador más que el grupo original.

Agrega Viana en su informe que de conformidad con Don Pedro de Ceballos y del Marqués de Valdelirios (delegado del rey en el cumplimiento del Tratado de Madrid) ha traído de los pueblos misioneros de San Lorenzo y San Miguel siete familias de indios guaraníes que por haber servido con españoles y portugueses contra sus hermanos de raza sublevados, no se animaban a permanecer en las misiones y le habían pedido amparo.

“A fin del mes que viene (setiembre), tengo resuelto trasladarlos a la población de Maldonado a donde van gustosos. Allí tengo el ánimo de que se establezcan con los catorce primitivos pobladores y que vivan en la misma conformidad que aquellos, cultivando la tierra con su sementeras y criando su ganado para cuyo principio les he de dar lo que en la relación consta”, decía una comunicación de agosto de 1757.

En 1757 (declaración de Benito Brioso, integrante del núcleo poblador de 1755), probablemente en el mes de setiembre, Viana llegó a Maldonado acompañado por el Ing. Tte. Cnel. Francisco Rodríguez Cardoso, quien le aconseja trasladar la población a una zona próxima al puerto en el centro de la bahía, en tierra firme en la orilla de los arenales, en un lugar con buenas aguadas, “en cuyo tiempo delinearon la ciudad”.

En ese lugar se delineó la trama urbana en torno a la plaza, trazándose las calles de Este a Oeste y de Norte a Sur, los solares correspondientes a los vecinos, el lugar para la iglesia, -donde se construyó una capilla de adobes y junto a ella el cementerio- y los terrenos correspondientes al rey.

La Iglesia Catedral ocupa el lugar designado en 1757, la Jefatura de Policía y la Seccional Primera de Policía, ocupan los lugares correspondientes “a las casas reales”, es decir los edificios del estado. Se repartieron en su entorno chacras y quintas para la provisión de alimentos de sus pobladores y suerte de estancias para los ganados.

A los Brioso le correspondió las tierras en torno a la Laguna del Sauce que inicialmente se llamó “de los Brioso”, y a Mateo Moleras las tierras entre los arroyos José Ignacio y Garzón, (existe un arroyo que actualmente se denomina Moleras en la margen occidental de la Laguna de Rocha).

Al indio Casimiro Yapuí natural del pueblo de San Lorenzo, se le hizo merced la margen derecha del arroyo Maldonado (a la altura de la Estación Vieja de San Carlos); a Isidoro García se le otorgó la estancia del Rincón del Diario, a modo de ejemplo.

En la nómina de los pobladores agregados en 1757 figuran: Juan Pla, Ignacio de Acosta, Félix Duarte, y las familias guaraníes provenientes del Pueblo de San Lorenzo, encabezadas por: Juan Alberto Caracará, Agapito Paraberá, Teodoro Chacovo, Lorenzo Mboypé y Casimiro Yapuí y del Pueblo de San Miguel: Miguel Tarí y Bartolomé Guayarí.

El nombre de la población fue San Fernando de Maldonado, en homenaje al monarca reinante: Fernando VI. San Fernando además era el patrono de la Casa Real de España. El nombre de Maldonado viene de uno de los integrantes de la expedición de Gaboto en la bahía en la primera mitad del siglo XVI (1530), cuyo nombre perduró.

En el marco de la Guerra de los Siete Años (1756 - 1763), el Gobernador de Buenos Aires Don Pedro de Cevallos, en 1763 creó la Comandancia Militar de Maldonado, a cargo del Teniente Coronel de Dragones Lucas Infante, primera autoridad de la población.

El cuerpo de Dragones se instaló en Maldonado en esa fecha y se inició la fortificación de la bahía con baterías. En 1764 se creó la Parroquia de San Fernando de Maldonado, siendo el primer párroco el franciscano Fray Matías Cabral, dependiente del Obispado de Buenos Aires.

Desde 1778 se instaló en Maldonado un Ministro de la Real Hacienda, siendo el primero Don Rafael Pérez del Puerto, dependiente de la Intendencia de Buenos Aires, dentro del Virreinato del Río de la Plata creado en 1777.

El 6 de julio de 1784, el Virrey del Río de la Plata Marqués de Loreto, creó el Cabildo, Justicia y Regimiento de San Fernando de Maldonado, elevando la población a la categoría de ciudad.

El 5 de setiembre se procedió a la elección de los cabildantes entre los vecinos, resultando electos, para Alcalde Ordinario José Terradel; como Regidores, Antonio Cortés, Antonio José Méndez, Domingo Hermida y Martín Pascual; como Mayordomo, Benito Fajardo; como Aguacil Mayor Miguel Antonio Aldaya y como Escribano Tomás Navarro.

Con la instalación del Ayuntamiento culminó la constitución de Maldonado como núcleo urbano, con autoridades propias. Se constituyó así la segunda ciudad de nuestro país, luego de Montevideo.

El Rey Carlos IV por Real Cédula expedida el 29 de agosto de 1803, aprobó la concesión de un escudo para la Ciudad de Maldonado, con una ballena en un mar con olas, con un ancla y como corona un castillo almenado.

En 1813 se constituyó la Provincia Oriental y en enero de 1816 se creó la primera división administrativa en seis circunscripciones, siendo la cuidad de San Fernando de Maldonado cabeza de los pueblos de San Carlos, Concepción de Minas, Rocha y Santa Teresa.

En 1827 se decretó la abolición de los cabildos y se dividió al país en 9 departamentos, siendo el de Maldonado uno de ellos, con jurisdicción entre el Arroyo Solís, la Cuchilla Grande, el Río Cebollatí, la Laguna Merín y la frontera con el Brasil.

Tiempos del QR

Entre las diversas actividades realizadas en conmemoración de los 260 años del aniversario de la fundación de la ciudad de Maldonado, la Alcaldesa de Maldonado, doctora Dina Fernández Chaves descubrió un Código QR, en Ruta 10, en el ingreso a la ciudad por la costa.

Dina Fernández Chaves, explicó ante las autoridades presentes el contenido del mismo, y resaltó la importancia tecnológica que tiene el uso de los códigos QR, donde se puede obtener nutrida información con solamente el pasaje del lector de un teléfono celular.

Los ciudadanos y turistas que vean este cartel con el código QR, podrán escanearlo con la cámara de su teléfono celular (o con computadoras del Plan Ceibal), obteniendo acceso a la información y foto correspondiente a este sitio.

El que contiene el Código QR inaugurado en el ingreso a la ciudad por Ruta 10, es el que contiene toda la historia narrada anteriormente en esta misma crónica. Fue escrita por el doctor Mario Scasso, concejal del Municipio de Maldonado y reconocido historiador.

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(Fotos: Municipio de Maldonado)

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