Un joven argentino de 24 años de edad, fue remitido a la cárcel de Las Rosas como autor de tres delitos de hurto, uno de ellos en grado de tentativa. Fue detenido por dos hombres que se habían quedado a cuidar una casa, propiedad del titular de una pensión de Maldonado en la que se alojaban.

Días atrás pasada las 4.00 de la madrugada, la Policía concurrió a avenida Lavalleja y calle 18 de Julio de la ciudad de Maldonado, donde se encontraría una persona lesionada por causas hasta ese momento desconocidas.

En el lugar, se encontraban dos hombres junto al lesionado, que resultó ser J.L.B., argentino de 24 años de edad, quien había recibido una paliza cuando fue sorprendido ingresando a una casa con intenciones de robo.

Los dos hombres que se afincan en una pensión del lugar, coincidieron en declarar  que el dueño le solicitó a uno de ellos que se quedara en la casa que tenía desocupada, a efectos de que J.L.B. no ingresara y robara distintos efectos.

Aparentemente lo había hecho en varias ocasiones anteriores. Tras acceder a lo solicitado por el dueño de la pensión y la casa, horas más tarde el improvisado sereno sorprendió al joven argentino ingresando por una ventana.

Fue entonces que solicitó ayuda a otros hombres que se quedan en la misma pensión, quienes le dieron una paliza al intruso e incluso le aplicaron un golpe con un trozo de caño metálico de 1,20 metros, provocándole lesiones.

Mientras el joven herido fue trasladado al hospital Elbio Rivero de la capital departamental, los dos agresores fueron trasladados a dependencias de la seccional 1ª para aclarar lo que aparentaba ser un episodio muy confuso.

El agredido permaneció internado con custodia policial, recuperándose favorablemente de los golpes recibidos. La Jueza subrogante de turno solicitó que fueran detenidos los agresores, así como el dueño de la pensión.

Finalmente J.L.B. fue dado de alta y compareció ante la justicia, terminando procesado con prisión, imputado por tres delitos de hurto especialmente agravados por la penetración domiciliaria, uno de ellos en grado de tentativa.

El improvisado sereno que lo sorprendió cuando ingresaba a la casa por una ventana, el otro individuo alojado en la pensión que ayudó a retenerlo y el dueño de ambas propiedades, recuperaron la libertad.

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