La justicia penal de Maldonado le imputó gravísimos delitos a los autores del espeluznante asesinato de una ciudadana peruana de 66 años de edad, salvajemente ultimada y descuartizada por su propia hija, con la que poco más de un año atrás, llegó a Uruguay para vivir en paz. El móvil fue estrictamente económico.

Cuando Silvia Sanguinetti, de 66 años de edad, decidió viajar desde su Perú natal a Uruguay, para radicarse y vivir en paz junto al mar, no imaginó que la hija que la acompañaba se transformaría en un monstruo que, por su dinero, la asesinaría salvajemente.

La hija de la sexagenaria, V.F.S.S., de 43 años de edad, en las últimas horas de la tarde de este lunes fue enviada a la cárcel por la Jueza de Feria en lo Penal de 4° turno, imputada por un delito de homicidio especialmente agravado, “por ser cometido en la persona de la ascendiente y por la premeditación”.

Además, la magistrada caratuló el homicidio como muy especialmente agravado “por ser para preparar, facilitar o consumar otro delito aunque éste no se haya realizado”, ya que el móvil del horrendo crimen fue estrictamente económico. La mujer quería quedarse con todo el capital de su madre.

Asimismo fue enviado a prisión por un delito de secuestro, Álvaro Rondán Rudzinsky, de 38 años de edad, quien hace muy pocas semanas entabló una relación amorosa con V.F.S.S. y participó activamente en lo que inicialmente quiso ser un “secuestro express”.

Este individuo, poseedor de antecedentes penales por rapiña, se encontraba trabajando en la pesca en el cercano balneario de Piriápolis, y no resistió la presión policial y este lunes a la mañana, se entregó ante los Investigadores de Maldonado y confesó lo ocurrido.

La hija de Silvia Sanguinetti, en ningún momento quiso reconocer el crimen de su propia madre. De hecho, fue quien ideó el macabro plan para quedarse con la finca adquirida por la mujer en el balneario Bella Vista, y el dinero que la occisa tenía en un banco para vivir sus últimos años sin sobresaltos.

La asesina planeó todo al detalle, solo que fue descubierta. Primero ideó el secuestro para apoderarse de todos los bienes de su madre; pero ella misma terminó matándola con un violento golpe en la cabeza. Luego pensó que lo mejor sería sostener que su madre se había ido, tal vez nuevamente a Perú.

Para ello, avanzó en su macabro plan y descuartizó el cuerpo de su madre y lo metió en una valija. Se estima que todo ocurrió el 3 de enero pasado, ya que Silvia Sanguinetti no volvió a ser vista por ninguna parte. En la casa de Bella Vista solo estaban últimamente V.F.S.S. y su pareja Álvaro Rondán.

Tras esto, en horas de la noche cargaron la valija con el cuerpo mutilado y otra serie de pertenencias de la occisa y caminaron unos 300 metros, cruzando la Ruta 10, para entre unos matorrales costeros cavar una fosa de poco más de un metro de profundidad y pasar todo al olvido.

En la planta alta de la casa, donde habría ocurrido el crimen, V.F.S.S. limpió y ordenó todo además de aplicar ácido sulfúrico para evitar que, en caso de ser sospechada por la Policía, que podría llegar a utilizar luminol para revelar la presencia de sangre, el reactivo fuera neutralizado.

En los últimos días, la asesina junto a su pareja, habían iniciado además trabajos de pintura en la casa, para intentar definitivamente borrar todo rastro del asesinato de la verdadera dueña. Dormiría cada día a poco más de dos cuadras del lugar donde había sepultado a su propia madre.

Todo mal

Desde fin de año, familiares de Silvia Sanguinetti radicados en Perú, perdieron todo contacto con ella y comenzaron a sospechar que algo no andaba bien. Tras varias insistentes llamadas y evasivas poco convincentes de V.F.S.S. cuando era consultada por su madre, decidieron denunciar.

Ante la sede diplomática uruguaya en Lima, radicaron la denuncia que rápidamente pasó a manos de Interpol Uruguay. Tras los primeros pasos en procura del paradero de la “desaparecida” y como se supo que se había radicado en Bella Vista, se pidió apoyo a la Policía de Maldonado.

A esa altura, autoridades de Migraciones habían confirmado que Silvia Sanguinetti no solo no había retornado a Perú, sino que ni siquiera había salido de territorio uruguayo. El asunto desde entonces, era encontrarla donde estuviera, viva o muerta como realmente aconteció.

La primea etapa de la investigación fue llevada adelante por personal a cargo del sub comisario Daniel Romero, de la seccional 5ª con asiento en el cercano balneario Solís. Una y otra vez V.F.S.S. fue consultada hasta que la inconsistencia de su versión dio paso a nuevas actuaciones.

Allí comenzó a trabajar Homicidios del Distrito 4 de la Policía de Maldonado, a cargo del comisario mayor Julio Pioli, hasta que el viernes último fueron detenidos la hija de la desaparecida y su pareja. Ambos estuvieron detenidos el máximo del tiempo legal pero quedaron en libertad.

En medio, V.F.S.S. quiso involucrar a un individuo de Rocha, poseedor de antecedentes penales, con quien tuvo relacionada sentimentalmente hasta diciembre del año pasado. Este hombre fue ubicado, detenido e interrogado, pero no tenía nada que ver.

Finalmente, la mañana de este lunes, abrumado por la presión policial y tratando de disminuir su responsabilidad en lo ocurrido, Álvaro Rondán Rudzinsky se presentó voluntariamente ante la Policía de Maldonado y comenzó a contar toda la verdad de lo ocurrido a comienzos de este año.

Pasado el mediodía del lunes, con V.F.S.S. nuevamente detenida pero negando todo, la Policía de Maldonado encontró los restos de Silvia Sanguinetti junto a una serie de efectos personales, sepultados en la arena, detrás de unos arbustos, a algunos cientos de metros de la que fue su última morada.

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