Para todo ciudadano israelí es obligatorio presentarse en las oficinas de reclutamiento. Eso sucede cuando cumplen 18 años y han terminado 6° grado de liceo. El tiempo de enrolamiento efectivo para las mujeres es de 2 años y para los hombres 8 meses más. No todos los habilitados son aceptados en esta fuerza considerada una de las mejores del mundo. El joven debe reunir determinadas condiciones físicas y psicológicas al momento de enrolamiento y, en base a los resultados de varios exámenes, tiene dos opciones: ejército o servicio comunitario.
No se ingresa al ejército israelí porque quieren tener un trabajo. Luego de cumplida la etapa de servicio, los superiores pueden recomendar que siga 1 año y 4 meses más, con un máximo de 2 años más. Seguir ese tiempo extra es opcional.
La idea de esta serie de entrevistas es acercar la visión de cómo lo viven quienes tienen raíces uruguayas y pasan por esta experiencia. Para realizar esta entrevista me trasladé hasta la histórica ciudad de Kfar Saba cuyos primeros registros datan del 86 a.c.
Eyal nació en esta ciudad, de madre argentina y padre uruguayo. Tiene 21 años y es el mayor de tres hermanos. Cuando le pregunté si estaba listo para comenzar a grabar me contestó familiarmente con un “dale”.
Es que habla muy bien el español siendo que no lo estudió formal y personalmente me llenó de orgullo constatar que mantiene las raíces. Así, entre mate y aromas ricos que provenían de la cocina de su papá me contó lo que puede y lo valoramos.
- ¿Cómo fue tu caso? ¿Te preparaste mentalmente para ese momento?
- Todos sabemos que nos van a llamar. Es un honor. Lo primero es asistir a una entrevista. Estaba un poco nervioso, no sabía que decir. Como mis padres no nacieron acá no tenían todo la información y experiencia de ellos en el ejército.
A la cita tienes que ir solo. Comienzas tu camino individual. Después de pasar la entrevista, te citan a una de las 3 bases para hacerte exámenes. Ahí vienen los exámenes físicos y psíquicos.
Entrenas, te hacen otras preguntas y un seguimiento. Hablamos con otros soldados de varios rangos, ellos ven como te comportas en grupo. Eso es fundamental. Estás interactuando todo el tiempo, pero alguien siempre está tomando notas de como reaccionas.
Te preguntan tus intereses y evalúan tu motivación, como resuelves situaciones imprevistas, como ayudas a tus compañeros, si estás aislado, si eres colaborador y muchas cosas más que no puedo contar, pero varios jefes están escribiendo lo que haces. Después de esos exámenes los superiores eligen quien sí o no y a que área.
- ¿Tienes posibilidad de elegir?
- Cuando estás en ese entrenamiento te dan un papel y tienes la opción de seleccionar áreas para desempeñarte. No siempre te toca lo que quieres, porque depende de tus capacidades la evaluación.
Había hablado con amigos para tener una idea en donde postularme, hay tantas opciones dentro de cada cuerpo… Yo quería soldado de combate. Me sentía que podía ayudar más al país. Creo que puedo ayudar al máximo en el área física. Nadie está preparado para eso, pero me sentía confiado.
En el cuestionario puse el máximo de puntaje a paracaidismo. Después de pasar todo eso, al mes más o menos, me llamaron para felicitarme y decirme que lo pasé. Ya en ese punto me dijeron el área y las fechas para presentarme.
- ¿Qué hiciste mientras tanto?
- Fui a pasear a Grecia y a un concierto de Gans & Roses con mi papá. Disfruté de la familia, pero siempre lo hago. Acá la familia es muy importante.
- ¿Cómo viviste ese momento de tener un arma en tus manos?
- Fue la primera vez que tuve una de verdad. Mucha responsabilidad. Te da susto. No es que te lo dan el primer día, pero todos a tu alrededor andan armados, van a comer, a todos lados con ella. Comenzás a convivir con un entorno distinto. No se juega con ella, se la respeta. Algunos compañeros habían tocado pistolas, pero estas no son armas de juguete. Te la dan y vas al entrenamiento de tiro.
Siempre jugué con videojuegos (hace una pausa y continúa) esto es muy distinto. Cuando tirás y estás dando en el blanco, ese objetivo no tiene nada que ver con una pantalla de la computadora. Transpiran las manos.
Todos sabemos donde estamos y la importancia, pero los oficiales son importantísimos. Ellos te motivan, apoyan, colaboran, te cuidan. Estamos cuidados.
- Es un proceso…
- No cualquiera puede hacerlo, lleva tiempo, pero los oficiales están preparados y pasaron por lo mismo. Incluso entre nosotros como compañeros somos como hermanos.
- ¿Cómo es la preparación para saltar en paracaídas?
- Durante cuatro meses prácticas como para cualquier combate. Después vas a uno específico. Unidades especiales. Primero practicas cosas chiquitas como rodar. Te vas preparando para ver la puerta del avión que se abre y el vacío. No es una salida normal. Saltamos de torres de 4 metros hasta 25 metros. Saltamos atados, pero sin ayuda de nadie. Tienes que tomar tu solo la decisión y tienes un tiempo para hacerlo. Igual, al saltar de un avión es distinto. No tenés adónde ir, tenés que saltar.
Tus amigos y superiores son todo. Es tu nueva familia. Ellos te van a dar toda su experiencia, son como hermanos. Te dicen “vamos, lo hacemos juntos”.
El día del primer salto te despertás cuando esta oscuro y saltás al amanecer. Es increíble. Después el segundo fue con arma y mochila, en la tarde. El tercero también con todo, pero en la noche. Nunca mirás abajo buscando cuando vas a tocar el piso. Lo ves pocos segundos antes y preparás tus músculos para el impacto.
- ¿Te preparan en otras áreas?
- Si. Tienes muchas posibilidades. Estamos en el 2020. Como personas y como soldados tenemos que estar preparados con las nuevas tecnologías. Hay varios cursos. Puedes elegir libremente el que quieras.
Cada soldado de nuestro ejército tiene además al menos una especialización: guía, rastreadores, francotiradores, enfermeros, inteligencia… hay un montón. Yo hice drones y lanzagranadas.
- ¿Consideras que, más allá de la gran importancia por el tema de seguridad, también ayuda a la formación de los jóvenes como tú?
- Si. Te hace más responsable, maduro. Hay muchos que están listos para dejar el hogar luego del secundario, pero estar solo en cualquier lugar y moverse independientemente es distinto. Una cosa es salir del liceo como un chico y otra es tener actitudes independientes. Algunos salen del liceo y no saben como moverse en ómnibus, sus padres los han llevado y traído y no conocen manejar sus tiempos ni el transporte público.
En el ejército te dicen que tenés que llegar a una base en cualquier parte del país. Vos tenés que llegar. No te dicen como. Vos tenés que manejarte.
La puntualidad es lo que más nos marcan. Muchas cosas pasan… si no llegamos a tiempo nos perdemos el día libre. Aprendemos a ser puntuales y eso es buenísimo para mi futuro. Nuestra sociedad es distinta. Cuando vienen chicos de otros países lo notamos. Muchos no recuerdan ir al colegio primario caminando solos. Acá es normal.
- Tuve la oportunidad de poder visitarte un día donde estaba permitido recibir visita. Reconozco que fue una sensación extraña estar a pocos metros de la franja de Gaza y ver el grupo de jóvenes distendido.
- Ese día estábamos a medio kilómetro de Gaza. Nosotros vivimos una vida normal en nuestro tiempo libre. Tocamos guitarra, vemos películas, hacemos café. Es un tiempo libre de trabajo que no es común. Estamos alerta. Cada uno de nosotros sabe exactamente como reaccionar si pasa algo. Todo está pensado, calculado. Nuestros superiores tienen la información para cuidarnos.
- ¿Has participado de alguna misión de riesgo?
- Ahora estoy en morteros, dentro de la división de paracaidistas. Mi escuadrón es de apoyo, de soporte. No estoy en la punta del peligro.
- ¿Hay mujeres en tu cuerpo de paracaidismo?
- No. No hay registro en paracaidismo. Para las mujeres que quieren hacer combate hay otras divisiones tan importantes como paracaidismo. No es por un tema de sexo, solo no deben haber pasado las pruebas de exigencia. Hay mujeres en roles importantísimos. Tenemos pilotos. Si quieren hacer combate también pueden.
- ¿Tienes compañeros de otros países? Tienes compañeros soldado solo.
- Si. De varios países. También lo que llamamos “soldado solo” (el que viene sin su familia a cumplir el servicio militar). Para él no es obligatorio, pero ellos los hacen por sionismo. Todos ayudamos a que se sientan bien. No debe ser fácil y se valora que vengan a ayudar. Salimos el fin de semana con todos los compañeros, son nuestros amigos.
- ¿Cuándo fue la última vez que visitaste la familia en Uruguay y Argentina?
- En el 2009, pero pienso ir el año que viene a verlos.
- ¿Qué planes tienes cuando termines?
- Termino a mediados de marzo y hacer un curso de buceo en Eilat (ciudad ubicada a orillas del Mar Rojo). Después viajo. Casi todos nos vamos de viaje. Nos dan un dinero cuando terminamos, como un premio. Planeo irme a Estados Unidos un par de meses y después recorrer Latinoamérica.
Algunos van a la India, Vietnam, Tailandia. Después voy a estudiar. Tengo tiempo. Todavía no sé qué
- Después viene la etapa como reservista
- Si. Hasta que cumpla 40 soy reservista. Generalmente te liberan antes. 20 días al año te entrenas. Te tienen que liberar del trabajo y no pierdes el pago de esos días porque el ejército te lo paga. Antes de terminar el ejército te dicen en que área y que harás como reservista.
- ¿Qué mensaje le darías a los padres que temen radicarse aquí porque tienen hijos con edad próxima a la de servicio?
- Que todo va a estar bien. Que no deben temer por ellos. No es malo para un joven estar en este ejército. Aprenderá mucho, dejará de ser un “nene”. Los padres no deben asustarse. Hay todo tipo de trabajos y ellos te van a poner donde estás preparado o te pueden preparar para estar.
Hay inteligencia, computación, hasta cafetería… El ejército te da mucho y te guía. Te escuchan y ven tu potencial.
Lo volvería a hacer. Mi hermano ingresa en pocos meses. Ya pasó la prueba. Él va a una unidad especial de computación. Es su fuerte. Después será mi hermana, así que todo es normal, lo vivimos naturalmente.
- Me queda una pregunta más: ¿Llegó el amor a tu vida?
- (Se ríe) No, no tengo novia, pero ahora que tendré más tiempo libre, veremos que pasa.
(Corresponsal en Israel: Elizeth Schluk)