Una mujer de 31 años fue la primera detenida. En su casa del barrio La Sonrisa, se encontraron las gavetas de las cajas del comercio, un arma de fuego, la moto utilizada por los atracadores y prendas que vestían esa noche.

En base al análisis de registros de cámaras de video vigilancia, públicas y privadas, más la recopilación de otra información, los investigadores pudieron establecer que en una finca ubicada sobre calle Granja Ferreiro, en el barrio La Sonrisa, se podrían encontrar los rapiñeros del supermercado El Dorado del barrio Lausana.

Con la orden de allanamiento expedida por el titular de la sede Penal de 4° turno, la tarde de este martes 8 de octubre, efectivos de varias reparticiones rodearon la finca donde solo se encontraba una mujer de 31 años (inicialmente se había informado que tenía 23) que quedó detenida, ya que se ubicaron en la propiedad diversos elementos vinculados al hecho.

En la finca estaba la moto usada por el dúo de rapiñeros, prendas de vestir que lucían los delincuentes, así como las dos gavetas de las cajas registradoras que se habían llevado con unos $ 20.000. También se encontró un revólver calibre 22 marca Jaguar esgrimido la noche de la rapiña aunque no habría sido con el que se efectuó un disparo.

La mujer detenida, que podría ser imputada al menos por encubrimiento, declara este mismo miércoles, en tanto ya se libró la orden de captura para uno de los atracadores que está plenamente identificado, mientras que del otro no hay demasiados datos. Sus detenciones se concretarían de un momento a otro.

Violentos

El violento asalto ocurrió en el entorno de la hora 20.30 del lunes 7 de octubre en la sucursal del barrio Lausana de la cadena El Dorado, ubicada en avenida Leandro Gómez y calle Manolo Lima, al que ingresaron dos violentos individuos armados que incluso llegaron a efectuar un disparo intimidatorio mientras abordaron la zona de cajas.

Afortunadamente ni cajeras ni otros trabajadores del supermercado, y tampoco clientes resultaron heridos, aunque se vivieron escenas de gran nerviosismo por la forma en que actuaron los dos sujetos. Ambos estaban armados y cubrían sus rostros con cascos protectores de motos, según los testimonios recogidos por la Policía.