El prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, insistió en que no se puede relativizar las alertas que emite el organismo oficial (INUMET), porque las personas toman decisiones en función de ella para preservar su integridad física y la de sus bienes. La polémica está instalada porque, especialistas y no tanto, emiten sus visiones particulares que son tomadas por otras personas.
En tiempos donde las redes sociales juegan un papel preponderante, y no hay persona que no pueda acceder a alguna de ellas, el tema de las advertencias meteorológicas se ha tornado hasta peligroso porque genera confusión y críticas, muchas sin fundamento.
Cada vez que llueve, sale el sol o sopla viento, no son pocos quienes dicen que tipo de advertencia debe emitirse, o toman pronósticos particulares como válidos, e incluso acceden a redes de estaciones extranjeras o sistemas automáticos que se encuentran a un solo click en una pc.
El gobierno
Ante los reiterados sucesos climáticos de los últimos días, el prosecretario de la Presidencia y presidente del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), Juan Andrés Roballo, realizó algunas puntualizaciones en cuanto a la diferencia entre pronósticos y alertas.
“El pronóstico, que es opinable, cualquiera de nosotros lo puede hacer y difundir. Incluso hay una cooperación importante entre el sector privado y el público que ayuda mucho, aunque el órgano oficial sea el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet)”, explicó Roballo.
“Otra cosa diferente son las alertas (amarilla, naranja y roja) que refieren a la posibilidad de que acontezcan determinados fenómenos que pueden hacer peligrar la integridad física de las personas y sus bienes. Ese es el elemento central al que nos referimos en las últimas horas”, puntualizó.
“Como las alertas se basan en pronósticos, puede haber algún error, pero no se puede relativizar una alerta que da el organismo oficial, porque las personas toman sus decisiones en función de ella”, agregó, insistiendo en que el objetivo no es generar alarma, sino conciencia.
“Se trata de promover una cultura diferente sobre la necesidad de prestarle atención a las alertas y a los protocolos que se establecen en función de cada alerta para minimizar las posibilidades de afectación de las personas y sus bienes, y para generar un orden en ese sentido” y advirtió que “las alertas son obligación exclusiva del Estado”.
Aclaró que el concepto de “penalizar” que se divulgó en estos días en los medios, nunca estuvo en la mesa de trabajo. “Cuando hablamos de ‘analizar el ordenamiento jurídico’, nos referíamos al sistema de alertas y la difusión de los sistemas de alertas a través de mecanismos que se utilizan en diversos países”.
Reconoció que se analiza si se necesita algún tipo de ajuste a nivel normativo. “Tal vez no sea necesario, pero el objetivo sería viabilizar la sinergia entre los actores privados, los públicos y los medios de comunicación, que juegan un rol importantísimo en esto, porque son quienes se expresan ante la ciudadanía y tienen el grado de credibilidad ante ella”.
“Confiamos en que haya buena receptividad: dar la información oficial y que luego el meteorólogo privado y el comunicador hagan su valoración con total libertad, como corresponde. Eso es una tradición en Uruguay y se mantendrá”, concluyó Juan Andrés Roballo.