La restauración y la conservación de la biodiversidad, son parte central de la labor de la FAO en materia de bosques y Uruguay tiene una de las forestaciones más sostenibles del mundo.
Los bosques albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del planeta: el 80% de los anfibios, el 75% de las aves, y el 68% de los mamíferos. Además, cubren el 31% de la superficie terrestre.
Pese a ello, la deforestación y la degradación forestal siguen avanzando a un ritmo alarmante, lo que contribuye a la actual pérdida de biodiversidad, que se ve acentuada por el escenario del COVID-19 y las restricciones que conlleva.
Según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), El Estado de los Bosques 2020, América del Sur perdió 2,6 millones de hectáreas de bosque cada año en el período 2010-2020, la segunda tasa más alta del mundo (después de África).
Pero hay cifras más prometedoras. Aunque se produzca deforestación en algunas zonas, en otras se están estableciendo nuevos bosques. La mayor parte de los bosques en áreas protegidas se encuentra en América del Sur (el 31%).
“Los planes de gestión sostenible a largo plazo son cruciales para reducir la deforestación y aumentar la protección forestal y los servicios que proporcionan los ecosistemas, además de guiar prácticas de restauración con consideraciones sociales, económicas y ambientales”, dijo Pieter Lierop, Oficial Forestal de la FAO para América Latina y El Caribe.
En la región, varios proyectos destacan por su activa agenda de protección y de manejo sostenible de bosques y de su biodiversidad.
La ley forestal de Uruguay, compromiso de larga data
Uruguay solicitó apoyo de la FAO para gestionar sus bosques antes de aprobar su primera Ley Forestal en 1968. Entonces, la FAO promovía la conservación forestal, sobre todo de los bosques nativos, que ya estaban sometidos a una presión muy fuerte de deforestación para utilizar los suelos con otros fines, recuerda la publicación 68 años de la FAO Uruguay 1950-2018.
La FAO asesoró al país para la Ley Forestal vigente hasta hoy, aprobada el 28 de diciembre de 1987.
“Si hoy Uruguay se ubica dentro de los primeros exportadores mundiales de celulosa es porque hubo una política forestal seria y responsable que surge con el aporte de la FAO desde el origen”, señala Rubén Flores, representante de la FAO ad ínterim en Uruguay.
A su vez, “Uruguay tiene una de las forestaciones más sostenibles del mundo”, agrega Flores, que también es Oficial Principal de Políticas de la FAO para América Latina y el Caribe.
Esto se debe a que el país ha regulado la tala del monte nativo desde la década de los 60, limitando así los efectos nocivos de su forestación y actividad productiva. La norma establece que las empresas forestales reporten la situación de los recursos hídricos en sus tierras.
La ley forestal prevé la posibilidad de una forestación con variedad de especies, el respeto de los cursos y fuentes de agua, así como el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura ferroviaria para el trasporte de la producción. Además, contempla el potencial desarrollo de la industria del aserrado y de muebles, que por ahora siguen siendo secundarias.
Recientemente, Uruguay solicitó apoyo de la FAO para monitorear los bosques nativos y las superficies forestales plantadas a través de la herramienta Google Earth.
Argentina y Chile: desafíos frente a especies invasoras
En Argentina y en Chile, la FAO junto al apoyo de los gobiernos, y con financiamiento de fondos GEF, está trabajando en estrategias para promover la generación de políticas públicas que minimicen el impacto de las invasiones biológicas sobre la biodiversidad, la cultura, la economía y la salud.
Las especies invasoras son plantas, animales o microorganismos que, habiendo sido trasladados más allá de sus límites naturales de distribución, consiguen establecerse y avanzar en los nuevos ambientes en los que son introducidos, causando impactos severos en los ecosistemas naturales y productivos.
Entre las especies, se contempla al castor, la ardilla de vientre rojo, el caracol gigante africano, el alga didymo, el tamarisco, la rana toro y el ligustro -mediante proyectos piloto- y la detección temprana y el control precoz de especies exóticas invasoras marinas.
En el mundo, el daño total por especies exóticas invasoras es de aproximadamente USD 1,4 trillones anuales, lo que equivale al 5% del producto bruto mundial.
Áreas Protegidas del Bioma Amazónico IAPA-Visión Amazónica
La Amazonía es compartida por ocho países y un territorio (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela), con una superficie aproximada de 6,8 millones de km2. Alberga 53% del bosque húmedo tropical y provee servicios ecosistémicos esenciales para los más de siete mil millones de habitantes del planeta.
Pero múltiples factores, ejercen una fuerte presión sobre los bosques de la región. Solo entre el año 2000 y el 2013 se estimó una pérdida de bosque de 4,7%, y de acuerdo con proyecciones el 40% de la cobertura boscosa del bioma se habrá perdido para el 2050.
Si bien son grandes las amenazas que se ciernen sobre este bioma, también lo son los esfuerzos mundiales para conservarlo. El Proyecto IAPA, coordinado por FAO, trabaja para que los sistemas nacionales de áreas protegidas de los países amazónicos se fortalezcan y trabajen articuladamente a nivel regional.
Entre sus logros se destaca el Atlas de Oportunidades de Conservación con consideraciones de cambio climático, que provee información a los tomadores de decisión.
Chile+BOSQUES
Un nuevo proyecto es el de +Bosques, juntos contra el cambio climático, fue lanzado esta semana.
Es una de las iniciativas más grandes a nivel regional y punta a los pagos por resultado, es decir, a financiar los esfuerzos y resultados para la reducción de emisiones, valorando la captura de carbono a través de la reforestación.
+Bosques se enmarca en la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, instrumento de políticas públicas destinado a enfrentar la crisis climática a través de medidas enfocadas en la gestión adecuada de los recursos vegetacionales, contribuyendo a la disminución de la vulnerabilidad ambiental, social y económica que genera este fenómeno.
Se trata de un proyecto financiado por el Fondo Verde del Clima, se buscará gestionar y restaurar más de 25 mil hectáreas de bosque nativo en seis regiones del país en un plazo de seis años.
*) La FAO es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y es la agencia especializada que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre. Su objetivo es lograr la seguridad alimentaria para todos y al mismo tiempo garantizar el acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad para llevar una vida activa y sana.
Con más de 194 Estados miembros, la FAO trabaja en más de 130 países. Todos podemos desempeñar un papel importante en la erradicación del hambre y la malnutrición.
En Uruguay, nos enfocamos en apoyar el cumplimiento del Derecho a la Alimentación Adecuada; avanzar hacia un sistema alimentario sostenible; acompañar la intensificación de la producción agropecuaria, reduciendo la brecha entre sectores urbano y rural y preservando los recursos naturales.
Por más información: http://www.fao.org/uruguay