Las declaraciones de la directora de la repartición, Bethy Molina, fueron realizadas tras un informe televisivo en base a información de un estudio realizado por el Centro Universitario Regional Este (Cure) y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, que dio cuenta que desembocaduras de algunos pluviales o cañadas presentan indicadores de altos niveles de contaminación fecal.

 

Este jueves 7 de noviembre, un informe de Canal 12 en base a un estudio realizado por técnicos del Cure y del Instituto clemente Estable, generó preocupación ya que daba cuenta que algunas desembocaduras de pluviales o cañadas en varias playas de este departamento, tienen presencia de bacterias fecales en la arena.

El trabajo fue realizado por técnicos del centro de estudios y titulado “Relación entre indicadores de abundancia fecal en agua y arena y la presencia de genes patógenos en arena de playas recreativa”, aunque el informe aclara más adelante que la medición se realizó en marzo de 2019 y los datos se conocieron recién ahora.

A partir de la divulgación de esta información sobre la presencia de bacterias fecales en la arena de algunas playas del departamento, la directora de Medio Ambiente de la Intendencia de Maldonado, Bethy Molina, aclaró que se encuentran en condiciones para el baño y ratificó el tipo de control que se realiza para garantizarlo.

Molina explicó que, según la normativa vigente y los estándares del Ministerio de Ambiente y el Ministerio de Salud Pública, la presencia de coliformes debe evaluarse en el agua, ya que esta medición es la que determina si es apta para consumo, riego o baño, y apeló a un ejemplo muy gráfico para que se comprenda.

“Si mido coliformes en el patio de mi casa y tengo una mascota, también encontraré coliformes; eso no implica un riesgo sanitario”, subrayando que los riesgos surgen únicamente al consumir agua contaminada con coliformes. Además, explicó los controles que se realizan para garantizar la calidad de las aguas.

Dijo que la Intendencia de Maldonado, en convenio con el Ministerio de Ambiente, realiza análisis periódicos de la calidad del agua en sus playas, cuyas conclusiones se publican en el Observatorio Ambiental del ministerio. Estos análisis incluyen tanto parámetros fisicoquímicos como microbiológicos, y garantizan la aptitud del agua para el baño.

En cuanto a la alarma generada por los datos de los estudios divulgados, Molina expresó su descontento con la difusión de información que, en su opinión, “no refleja la realidad sanitaria de las playas locales”. Aseguró que, de detectarse algún problema, la IDM tomaría las medidas necesarias, incluyendo el uso de banderas sanitarias.

El trabajo divulgado fue realizado por técnicos y titulado “Relación entre indicadores de abundancia fecal en agua y arena y la presencia de genes patógenos en arena de playas recreativa”, aunque el informe aclara más adelante que la medición se realizó en marzo de 2019 y los datos se conocieron recién ahora.

“Nosotros lo que hacemos es empezar a estudiar la calidad de la arena de las playas. El contacto de la gente está en la arena y monitorear solo el agua no alcanza”, explicó a Telemundo el biólogo Javier García. Para eso, explicó, aplican técnicas nuevas moleculares “para poder detectar determinados genes”.

El equipo de investigación concluyó que, en la arena húmeda, junto a cañadas, desembocaduras de arroyos y pluviales, la posibilidad de encontrar coliformes es mayor. “Algunas desembocaduras de algunos pluviales o cañadas presentan altos niveles de indicadores de contaminación fecal como son los coliformes fecales”, acotó García.

La medición se realizó en marzo de 2019 pero los datos se conocieron ahora, y tienen que ver con 37 puntos de playas, entre ellas Piriápolis, Punta Colorada, Solís, Playa Verde y varias de Punta del Este. Según el estudio, la presencia de coliformes en la arena de las desembocaduras de arroyos, pluviales, cañadas y similares “es muy alta”.

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