El Centro de Estudiantes de la Licenciatura en Gestión Ambiental (CELGA) del Cure-Maldonado, emitió una extensa carta pública en la que expresa su preocupación frente a “las alteraciones realizadas por la Intendencia de Maldonado” en el área contigua al humedal del Arroyo Maldonado.

 

La carta comienza señalando que para el proyecto de una pista de picadas, “se han volcado escombros y basura, incluidos materiales tóxicos, en el padrón Nº 2572”, que por un Decreto Departamental del año 2015 contempla una serie de medidas de protección para el denominado Eco Parque Metropolitano del Humedal del Arroyo Maldonado.

Tras historiar detalles del arroyo Maldonado, desde su desembocadura en el Océano Atlántico, hasta la ciudad de San Carlos, se remarca que cuenta con “el humedal salino más extenso de Uruguay y presenta una notable heterogeneidad de ambientes”, ecosistema clave para la conservación de la biodiversidad.

La carta de los estudiantes de la licenciatura en Gestión Ambiental, también hace un repaso por todas las especies presentes (moluscos, crustáceos, aves, mamíferos y anfibios), algunas de las cuales “son endémicas del lugar, mientras que otras son migratorias, como aves que utilizan el lugar para la nidificación, el descanso y/o la etapa de recría”.

Por otra parte, se destaca que “el humedal ofrece servicios ecosistémicos a la sociedad, como la amortiguación frente a inundaciones, soporte y refugio para la biodiversidad, filtración del agua, regulación del clima y su característico valor escénico”, además que “se constituye la identidad socio-cultural de la población”, como lugar de esparcimiento.

El decreto

También se da cuenta que, “el 18 de diciembre del 2012, la Junta Departamental de Maldonado aprobó el Decreto Nº 3911, titulado ‘Plan de Ordenamiento Territorial del Eje Avenida Aparicio Saravia’, en el cual declaró el padrón Nº 2572 dentro del Área Núcleo Natural (Art.9), definida ‘de protección absoluta’ pudiéndose realizar allí únicamente actividades de investigación y ecoturismo controlado”.

“Posteriormente, el 10 de marzo del 2015, este ecosistema fue declarado por la misma Junta como Reserva Departamental, denominada ‘Eco parque metropolitano del humedal de los arroyos Maldonado y San Carlos’ (Decreto Nº 3931/2015). El Ecoparque comprende los padrones fiscales N° 2572 de la 1ª Sección Judicial de Maldonado y el N° 583 de la 2ª Sección Judicial de Maldonado”.

En cuanto al proyecto de construcción de una pista de picadas, se sostiene que la misma se localizaría “dentro de la zona que fue delimitada por profesionales académicos como ‘pastizal costero y planicie de inundación’, destacándose por las aves que allí habitan, como también por invertebrados, reptiles y plantas”.

“Esta zona es parte fundamental dentro del ecosistema del humedal, actuando como una esponja natural que absorbe el agua en las crecientes, reduciendo el riesgo de inundaciones. Además contribuye a la filtración de sedimentos, nutrientes y contaminantes, actuando como un depurador natural”, dice la carta de CELGA.

También se mencionan declaraciones del Intendente de Maldonado, Enrique Antía, y del director general de Gestión Ambiental, Jorge Píriz, quienes “afirmaron que el proyecto no presenta amenazas al ecosistema debido a que la pista se realizará sobre las actualmente abandonadas piletas de oxidación”.

Respecto a las mencionadas piletas, se puntualiza que dejaron de utilizarse “en 2016 y desde entonces han sido progresivamente colonizadas por vegetación y fauna, destacándose la presencia de aves y cangrejos. Este proceso de transformación de un espacio artificial en un hábitat funcional demuestra la capacidad de resiliencia del ecosistema”.

En tal sentido, se entiende que el relleno que se está realizando incluye “material inadecuado”, además de que “la construcción de la pista de picadas generará la contaminación del suelo y los cuerpos de agua, lo que podría afectar la calidad de las playas del Arroyo Maldonado y La Barra”.

Por otra parte, tanto la construcción como el uso de la pista, “causará contaminación sonora y lumínica, alterando los ciclos biológicos de las especies y posiblemente ahuyentándolas del lugar”, lo que conllevará a “la pérdida de hábitats, la compactación del suelo, modificaciones de la red hidrológica del humedal y afectaciones en el ecoturismo”.

La carta también cuestiona el anuncio del jefe comunal, en el sentido de que el 80% del área que se está interviniendo se destinará a “espacios verdes”, propuesta que “resulta sumamente perjudicial para el ecosistema, debido a que genera un cambio en la cobertura natural del humedal y afecta a la fauna que lo habita”.

A contramano

Se afirma que el proyecto va en contra del Artículo 159 del Código de Aguas, que señala que “está prohibida la desecación, drenaje u otras obras análogas en aquellos terrenos pantanosos o encharcadizos, bañados o lagunas, que sean declarados por el Poder Ejecutivo como humedales de importancia ambiental, en consideración a su extensión, ubicación o relevancia ecosistémica”.

Se añade que además, “en el artículo 5 del Decreto Nº 3911 se determina que los bañados del Arroyo Maldonado no pueden ser perturbados por avance de la urbanización y por descargas de contaminantes”, y que en el Artículo 12, “se menciona que ‘el área del Parque Metropolitano del Humedal del Arroyo Maldonado no podrá tener construcciones permanentes ni cubiertas’…”.

En el último tramo de la extensa carta CELGA aclara que “no estamos en contra de la pista de picadas, sí estamos en contra del lugar elegido”, por lo que solicitan a las autoridades “frenar la obra de inmediato”, y recomendando “dirigir sus esfuerzos en no realizar más daños y recuperar ecosistemas degradados”.

Clic AQUÍ para acceder a la versión textual de la carta de CELGA

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