El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente presentó la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2016-2020, que establece la política nacional para la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica en Uruguay, mediante 20 metas de cumplimiento gradual.
Respecto a la Estrategia Nacional de Biodiversidad, la titular del Mvotma, Eneida de León, recordó que la elaboración del documento insumió varios meses, con la participación de más de 100 técnicos y 24 instituciones y organizaciones. “No podemos seguir dependiendo de paquetes tecnológicos que atenten contra la biodiversidad”, acotó.
La Estrategia Nacional de Biodiversidad, responde a la necesidad específica del país de intensificar el uso de los recursos naturales. Su diseño da cumplimiento al compromiso que Uruguay asumió como Estado Parte de la Convención de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas.
En ese sentido, comprende 20 metas nacionales equiparadas a las Metas Aichi que fueron incorporadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que buscan abordar las causas de pérdida y degradación de la biodiversidad, en el periodo comprendido entre 2016 y 2020.
El responsable de la Dinama, Alejandro Nario, destacó que la meta 14 plantea la identificación de los ecosistemas con mayor provisión de servicios para el año 2018, en particular los relacionados con el agua. “Cuidar el agua que consumimos los uruguayos es una prioridad”, dijo.
Los objetivos generales de la estrategia comprenden disminuir la tasa de pérdida y degradación de los principales ecosistemas; promover estrategias y prácticas de uso sostenible de la diversidad biológica, controlar la expansión de las principales especies exóticas invasoras, desarrollar mecanismos para mejorar la gestión y uso del conocimiento vinculado a la diversidad biológica y revisar y actualizar la normativa nacional en la materia, fortaleciendo los mecanismos de aplicación.
Componentes
Uruguay contiene una parte de las regiones de pastizales templados más grandes del mundo y ecosistemas costeros muy importantes, con diversidad biológica y productiva. Por otra parte, los humedales ocupan cerca del 12% de la superficie total del territorio y los bosques nativos cubren el 5,5%.
En cuanto a las especies, Uruguay tiene un grado irregular de conocimiento y la base de datos actual fue generada en base a diferentes colecciones científicas. Posee un registro de 67.275 especies leñosas, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. El 29% de las especies, se encuentran actualmente bajo algún grado de amenaza.
La ganadería es una de las actividades productivas de mayor importancia a nivel nacional y ocupa una superficie de aproximadamente 13 millones y medio de hectáreas. El 64% de esta producción se realiza sobre pastizales naturales que albergan aproximadamente 400 especies de gramíneas.
La agricultura ocupa una superficie de 1.6 millones de hectáreas donde se realizan cultivos cerealeros e industriales. En cuanto a la pesca, la flota industrial alcanzó las 51.9 mil toneladas en el año 2013 y la pesca artesanal alcanzó las 6.8 mil toneladas en el mismo año.
La principal causa de pérdida de diversidad biológica es el cambio en el uso de los suelos y la consecuente pérdida y degradación de los ecosistemas naturales. El 90% de la superficie del país es utilizada para usos productivos, a lo que se le suma un aumento de los procesos de degradación por la expansión de las áreas para uso forestal y agrícola, la agricultura continua y la intensificación de la ganadería.
A esto debe agregársele el aumento de la urbanización sin planificación principalmente en las zonas costeras. Las talas indiscriminadas de los bosques nativos; la sobrepesca, la intensificación de los procesos de producción de alimentos, las políticas de uso de suelo (embalses, cambios en los tipos de explotación) y la minería, son las principales fuentes de afectación sobre la diversidad.
Asimismo, las especies exóticas invasoras -flora y fauna- causan graves afectaciones a la diversidad biológica, tanto respecto a ecosistemas como a especies o recursos genéticos. Los modelos de producción como los monocultivos extensivos y las debilidades en la gestión, en la normativa y su aplicación, y en el manejo de la información han sido factores con importante incidencia en esta pérdida.
(Foto: MaldonadoNoticias)