El caso ocurrió días atrás en la ciudad de Pan de Azúcar y tuvo como principal protagonista a un joven delincuente de la zona, que aprovechó una salida transitoria de la cárcel de Las Rosas para cometer el delito. Junto a un cómplice volvió tras las rejas por varios años más.
El sábado 28 de enero en el entorno de la hora 16.45, fue cometida una rapiña en calle Paul Harris y Ruta 9, en la periferia de la ciudad de Pan de Azúcar, donde dos individuos jóvenes que se desplazaban en una moto, bajo amenazas con un arma de fuego le exigieron dinero a un hombre.
Denunciado el hecho -particular por el lugar y la hora-, se movilizó personal de la URPM, del grupo PADO y de Investigaciones de la Zona Operacional 1, así como de Guardia Republicana y Policía Caminera, en tanto se hizo un relevamiento de los registros de cámaras del CCU instaladas en la zona.
Entrevistada la víctima y confirmado lo ocurrido, durante el operativo desplegado se detuvo al conductor de la moto en calle Indio Miguel, en pleno centro de la ciudad de Pan de Azúcar, que fue identificado como Maicol Ezequiel Morales Brito, de 21 años. Además, confesó el destino de su compinche.
Se trataba de Milton Alejandro Píriz Marrero, de 21 años, delincuente que ese día estaba gozando de una salida transitoria de la cárcel de Las Rosas y además portaba tobillera electrónica. Había huido a pie en dirección a la localidad de Kilómetro 110, siendo detenido.
Durante la búsqueda del arma que había utilizado para perpetrar la rapiña, se ubicó un revólver calibre 22 largo. Los dos detenidos, al tiempo que quedaron a disposición de la Fiscalía de 2° turno de Maldonado, fueron conducidos al hospital de Pan de Azúcar para valoración médica.
El domingo 29 de enero, los dos rapiñeros comparecieron en el juzgado penal de 11° turno, donde fueron condenados como autores de un delito de rapiña especialmente agravada. Además, Píriz Marrero también fue imputado por porte de arma de fuego en lugares públicos y auto evasión.
Maicol Ezequiel Morales Brito fue penado con cuatro años y dos meses de penitenciaría efectiva, y Milton Alejandro Píriz Marrero a cinco años y diez meses de penitenciaría, que comenzará a cumplir cuando expire la actual pena (Causa 58347/2022), el 27 de mayo de este año.
Poca cabeza
Milton Alejandro Píriz Marrero estaba cumpliendo condena como autor de un delito de receptación, con un delito de hurto especialmente agravado, desde el 27 de enero de 2022. Le aplicaron 16 meses de prisión pero tenía salidas transitorias los martes y sábados y portaba tobillera electrónica.
El martes 25 de enero del año pasado, un llamado al 911 alertó sobre detonaciones de un arma de fuego en Pueblo Obrero, hacia donde se desplazó personal policial. Allí se confirmó que durante una discusión entre miembros de una misma familia, un individuo había efectuado dos disparos al piso.
En coordinación con la Fiscalía de turno, se realizó un allanamiento en el domicilio de la madre de este conocido delincuente, identificada como B.M.M.R., de 41 años; en el techo de su casa, los efectivos actuantes encontraron un rifle que coincidiría con uno que había sido robado en Pan de Azúcar.
Asimismo, en el domicilio de Milton Alejandro Píriz, la Policía incautó una pistola de aire comprimido así como restos de una moto marca Baccio 110c.c. que había sido denunciada como hurtada el martes 18 de enero. Madre e hijo ingresaron en calidad de detenidos y fueron ante la Justicia.
Este sujeto, había sido enviado a la cárcel anteriormente el 28 de octubre de 2020, imputado nada menos que por 6 delitos de receptación como resultado de una compleja investigación por una serie de robos de motos ocurrida en Piriápolis, donde se domiciliaba en aquel momento.
Efectivos de Investigaciones de Zona 1, lograron vincular a Milton Alejandro Píriz con aquellos hechos, por lo cual, mediante orden de allanamiento se constituyeron en su casa, lo detuvieron y además incautaron varios chasis (cuadros) de motos y partes de distintos birrodados.
El delincuente, al que no se le pudo probar que haya robado las motos, igualmente fue imputado como autor de seis delitos de receptación y fue condenado a un año de prisión efectiva. Pero antes, el 15 de febrero del mismo año, ya había sido condenado a 3 meses de libertad vigilada.
Aquella vez le habían imputado violación de domicilio especialmente agravado, tras ser atrapado por particulares cuando estaba cometiendo un robo la madrugada del sábado 15 de febrero de aquel año, en una finca con moradores sita en calle Pablo Zufriategui, entre Piriápolis y Pueblo Obrero.
La pena impuesta por la Justicia, implicó que debió presentarse una vez por semana ante la dependencia policial más cercana a su domicilio (en la seccional 11ª de Piriápolis), y durante el primer mes, cumplir arresto domiciliario nocturno, entre la hora 22.00 y las 6.00 del día siguiente.