Un seminario denominado “Recuperación de sistemas eutróficos: Mecanismos de resiliencia y estrategias de rehabilitación”, llevado a cabo en el CURE Maldonado, permitió acceder al conocimiento de dos expertos extranjeros para seguir avanzando en las soluciones a la deteriorada calidad del agua de Laguna del Sauce.
Durante el seminario realizado en el CURE Maldonado, expusieron los investigadores Miquel Lürling (Wageningen University, Holanda) y Paula de Tezanos (doctora en ciencias biológicas de la Universidad de Buenos Aires), quienes se refirieron a las técnicas para la rehabilitación de sistemas eutróficos.
El doctor Néstor Mazzeo, explicó que el objetivo del encuentro con los expertos extranjeros, fue tratar de avanzar en las medidas de manejo interno, más allá del control externo de los nutrientes que llegan a la Laguna del Sauce, lo que está cubierto por todas las medidas aprobadas a mediados del año pasado.
Sostuvo que “si uno quiere recuperar relativamente rápido en años un sistema, tiene que aplicar medidas adicionales”, ya que hay muchas técnicas posibles. Empero advirtió que en momentos de crisis hay empresas interesadas en vender “soluciones que realmente no están sustentadas por información científica”.
El primer objetivo es, en base a todas las alternativas disponibles, identificar las que presentan mejores condiciones para comenzar a explorar e investigar, en este caso aprovechando la experiencia de Miquel Lürling, científico holandés que integra una de las agencias vinculadas a la gestión del agua en su país.
Mazzeo explicó que allí, cuando se reciben propuestas de nuevos procedimientos o equipamientos desde el sector privado, recurren a varias universidades para hacer una evaluación profunda, por lo que cuentan con una experiencia acumulada realmente muy importante en la materia.
Según Mazzeo, con lo recogido durante el seminario, se logró un avance sustancial para poder focalizar en aquellas alternativas más sólidas y adaptables a las condiciones de la zona de Laguna del Sauce. Dijo que más allá de las discusiones y debates, “lo importante es que estamos avanzando”.
Los expertos coincidieron en que es fundamental -primero que nada- cuantificar realmente cual es la carga de entrada de nutrientes al sistema, desde los arroyos Pan de Azúcar y Sauce. “Eso requiere un equipamiento que es algo costoso, que vamos a ver como lo resolvemos”, aclaró Mazzeo.
“Después tenemos que avanzar en el rol que tiene el sedimento en la liberación de nutrientes”, en lo que se puede avanzar más rápidamente, y al mismo tiempo experimentar algunas pruebas de laboratorio. Mazzeo estimó que en un periodo corto de tiempo, se podrá tener sobre la mesa “evidencia para presentar y analizar algunas técnicas que nos van a permitir acelerar el proceso, siempre y cuando seamos capaces de controlar el aporte externo de nutrientes”.
No es el único
Paula de Tezanos, experta en eco-fisiología de cianobacterias de la UBA, explicó que las cianobacterias generan varias consecuencias. “Una vez que se forma una floración, tiene varios mecanismos que permiten su estabilidad: bajan la penetración de la luz, por lo cual otras algas no pueden crecer; inmovilizan muchos nutrientes en su biomasa, o sea baja, la competencia con otras algas”.
Agregó que también pueden generar toxinas aunque este fenómeno no siempre se produce. “En el caso de aguas que son utilizadas como potables, también está el problema del olor, por lo cual hay problemas que pueden ser ambientales o sociales que impactan en el hombre, en la economía, en la salud”, agregó.
De Tezanos subrayó que las cianobacterias pueden producir una serie de metabolitos secundarios, por lo cual se generan episodios de olor y sabor desagradables. “El olor molesta se percibe como riesgo, pero no es un verdadero riesgo”, ya que depende además del tratamiento del agua.
La experta aseguró que los procesos de potabilización son capaces de eliminar sabor y olor. “En principio si funciona bien la planta sí, y cuando no, se tiene que informar bien a la población”, citando el ejemplo de un problema en una planta de Estados Unidos que masivamente se comunicó a toda la población.
Finalmente Paula de Tezanos destacó que “el tema de las floraciones de cianobacterias no es algo que les pasa solo a ustedes (en Maldonado), es un tema global y la causa principal es la eutrofización”, por lo cual es necesario hacer un análisis completo para encontrar soluciones.
El agro
El ingeniero agrónomo Omar Casanova de la Facultad de Agronomía, se refirió al tema fósforo en el agua y a la responsabilidad que le cabe al agro, indicando que la causa viene por el arrastre de partículas y sedimentos finos, lo que puede provocar una concentración mayor de fósforo en el agua.
Sin embargo, Casanova sostuvo que “en esta zona sacando algunas actividades muy intensivas, en general no hay una historia de fertilización muy arraigada”, porque aún hay mucho “campo natural” en todo el entorno y la cuenca de la Laguna del Sauce.
Aseguró que el problema en esta reserva de agua dulce y su cuenca es diferente, porque se trata de “una fuente de agua confinada; la fuente está con condiciones de renovación mucho más restringida, entonces cualquier efecto que se haya acumulado en el tiempo, no se va”.
El ingeniero Omar Casanova, agregó que durante mucho tiempo, “lamentablemente no se tomaron las medidas precautorias que evitaran la llegada de ese fósforo al cauce, y como eso se va acumulando, van quedando sedimentos en el propio fondo de la laguna, y después es casi imposible sacarlo”.
“Hemos estado mucho tiempo generando un problema pero que ahora está asociado al cambio climático, a condiciones muy erráticas de cambio de clima que hacen que tengamos épocas de sequía largas que se ponen de manifiesto cuando hay condiciones de bajo nivel de agua en la laguna”, consideró.
Finalmente, estimó que las soluciones están bien encaminadas y que hay una “alta consciencia” en la gente y principalmente en los técnicos, por lo que hay que hacer es implementar las medidas que se aprobaron. “Hay que fiscalizarlas y ser rigurosos en eso”, complementó.