El ex Intendente de Maldonado, Oscar De los Santos, sufragó poco después de la hora 11.00 en el circuito que funciona en la Inspección Departamental de Primaria, en la capital departamental, donde hizo cola por algo más de media hora.
Distendido, reconociendo que no siente ninguna mochila sobre sus hombros en estos momentos, dijo que “todas las elecciones tienen algo diferente, y esta es muy particular por la característica de la campaña, en el marco de una cuestión muy pareja”.
Agregó que “siempre es una fiesta, y siempre me genera el mismo nerviosismo, al extremo de cometer el error de no traer la lista, y eso me va a poner nervioso cuando me pare delante de la mesa”. De los Santos, tampoco portaba su credencial cívica, aunque recordando su número y serie votó sin problemas.
Dijo que ya ha recorrido cantones y lo seguirá haciendo en distintos lugares hasta la hora 19.30, “respaldando a un grupo de gente importante” y “conviviendo con otros partidos que han mantenido una extraordinaria relación”, lo que “da una enorme satisfacción de ser uruguayos”.
Hacía 10 años
Recordó que es la primera vez que participa activamente en una campaña después del año 2004, en la que “no siento el peso de cargar con la Intendencia en los hombros; me siento sin una mochila, mucho más liviano y con una extraordinaria calma”.
Nativo de la pequeña localidad de Kilómetro 110, cerca de Pan de Azúcar, De los Santos vive hace varias décadas en la ciudad de San Carlos, pero emite su voto en la ciudad de Maldonado. Explicó que lo hace por lo que le dejó su pasaje por un populoso barrio fernandino.
“Saqué la credencial cuando vivía acá en Maldonado Nuevo y la mantuve acá; ahí perdí a mis viejos, vivieron ellos y mis hermanos, y es un vínculo muy fuerte que tengo con ese barrio, que me enseñó la solidaridad, a armar el techo con chapas de dolmenit, a armar una estufa con un gran albañil que después le pinté la casa a cambio del trabajo”, recordó.
Reveló que en ese barrio conoció gente que “fue matizando en uno los valores vinculados al trabajo, a la solidaridad; lo que son los límites cuando uno está trabajando con otro y sentir que ser buen compañero no es lograr que el otro trabaje más en función de uno ahorrar”, dijo con tono casi emocionado.
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(Fotos: MaldonadoNoticias)